Los peritos aseguran que un obrero fallecido en 2009 en Xinzo no disponía de arnés ni la obra tenía la red obligatoria

Actualizado: jueves, 11 diciembre 2014 17:48

El empresario y el aparejador se enfrentan a año y medio y a dos años de prisión respectivamente

OURENSE, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -

Las pruebas periciales han determinado que un obrero fallecido en el año 2009 tras sufrir un accidente mientras encofraba una obra en la localidad ourensana de Xinzo de Limia no tenía puesto el arnés de seguridad, así como que la obra no disponía de la red obligatoria.

Así lo han señalado este jueves las técnicos del servicio de Inspección Laboral que han declarado en calidad de peritos en la vista que se sigue en el Juzgado de lo Penal número 2 de Ourense por homicidio imprudente y delito contra los derechos de los trabajadores por el fallecimiento de un obrero en esta localidad ourensana en 2009.

Los acusados son el propietario de Construcciones Conde Cid, de Xinzo de Limia, y el aparejador Juan F., que elaboró y firmó su plan de medidas de seguridad y prevención de riesgos laborales. Los dos hombres se enfrentan a sendas penas de un año y medio de prisión y dos años y un mes de cárcel, respectivamente, pedidas por la fiscal.

El primero en declarar ha sido el aparejador, que ha respondido a las preguntas de todas las partes sobre el accidente laboral ocurrido el día 21 de diciembre de 2009, durante las labores de encofrado de una vivienda, en un día lluvioso y con mucho viento, según han explicado todos los testigos.

Según el arquitecto técnico, su labor de coordinación de las medidas de seguridad de las diferentes empresas que trabajan en una obra, no implicaba estar allí cada día, por lo que realizaba visitas dos o tres veces a la semana. Además, contaba con "un recurso preventivo", la hija del constructor, que aparecía referenciada en el propio plan de seguridad y que debía hacer cumplir las medidas.

El profesional ha indicado que la obra estaba vallada y que tenía barandillas en los huecos destinados a ascensor y escaleras, cascos, arneses y una cuerda de vida para enganchar arneses. Según ha explicado, ningún trabajador se le quejó "nunca" de no tener su equipo de protección individual o la formación necesaria para usarlo.

CON LLUVIA NO SE TRABAJA

En su declaración, el aparejador ha indicado que en su plan de seguridad se especificaba la imposibilidad de hacer trabajos de encofrado en días de lluvia, algo que sucedía el día del accidente.

Así, ha dado a entender que no podía impedir que la empresa no cumpliese el plan de seguridad, a pesar de que ha admitido que él tenía capacidad para paralizar la obra si detectaba ese incumplimiento y no lo hizo.

Por su parte, el empresario ha respondido sólo a preguntas de su abogado y ha explicado que, en los 40 años que lleva trabajando en la construcción, "nunca antes" había tenido un accidente de un trabajador a su cargo. El fallecido estaba en su empresa como oficial de primera desde 1997 y "era muy prudente".

ARNÉS DE SEGURIDAD

La primera perito que ha declarado, inspectora de trabajo, fue la encargada de acudir a la obra tras el accidente y, según ha explicado al tribunal, todos los trabajadores llevaban puesto el traje de agua. "Me dijeron esa misma noche y al día siguiente, al volver a hablar con ellos, que con ese traje el cinturón de seguridad del arnés es muy incómodo, así que no pusieron el cinturón", ha detallado. A mayores, ha agregado que el plan de seguridad de la empresa especificaba que en día de lluvia se tendría que paralizar la obra, algo que no se cumplió el día del accidente.

Las dos inspectoras que han declarado como peritos han coincidido en afirmar que, según los trabajadores que entrevistaron tras el accidente, la empresa contaba con los equipos de protección individual, pero no los llevaban puestos. "No es que el fallecido, en concreto, no usase el arnés, sino que no llevaba puesto ni el cinturón de seguridad para engancharlo", ha subrayado una de las peritos.

Según la autora del informe sobre el accidente, la muerte ocurrió "porque no había medidas de protección individual, que tenían pero no usaban, y tampoco existían las de protección colectiva que son las que deben primar, como la colocación de una red".

NO HUBO CONFORMIDAD

La vista de este jueves ha concluido con las declaraciones de un gruísta de la empresa y la del hijo del empresario, también compañero del fallecido en 2009, que ha afirmado desconocer el plan de seguridad y que el encargado de las medidas de protección era su padre.

El juicio tenía previsto su inicio a las 10,00 horas, pero fiscal, acusados, compañía aseguradora del aparejador y familia del fallecido negociaron durante más de una hora una posible conformidad con penas reducidas propuestas por el fiscal, a cambio de que los acusados reconociesen su responsabilidad y aceptasen, además, el pago de la indemnización de 140.000 euros.

Entre las partes también figura la compañía aseguradora del aparejador, Mussat, aunque no la de la empresa constructora, AXA, pues el empresario no estaba al día en el pago de su póliza.

Entre las cuestiones previas, el abogado del empresario pidió la suspensión del juicio para poder aportar el testimonio de un nuevo perito. Aunque el juicio no se suspendió, la jueza aceptó tomarle declaración en una segunda sesión fijada para el viernes día 19 de diciembre a las 10,00 horas.

La acusación particular reclama, además de las penas de prisión, una multa de 2.880 euros para el empresario y de 4.500 euros para el aparejador, además de una indemnización de 200.000 euros para la viuda, hijos y madre del operario fallecido.

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