Suelos a la carta contra la contaminación que generan las obras del AVE a Galicia

DAR SÁBADO TECNOSOLES DEL AVE
REMITIDA
Publicado: sábado, 6 abril 2019 12:09

   Un grupo de investigadores de la USC diseñó para Adif esta solución, que produce la empresa de tecnosoles instalada en la mina de Touro

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Suelos a la carta diseñados por un grupo de investigadores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) sirven para neutralizar la contaminación que generan las miles de toneladas de roca extraídas en la excavación de túneles del AVE como el de O Espiño (Ourense), uno de los más grandes del trazado de alta velocidad a Galicia.

   Estos tecnosoles, que produce la empresa Ten, instalada en los terrenos de la antigua mina de Touro en A Coruña (los hace a partir de lodos de depuradora y residuos de la industria agrícola y agroalimentaria), se aplican sobre los vertederos próximos a las obras del AVE, donde Adif deposita en el caso de O Espiño grandes cantidades de pizarras negras. El objetivo es evitar la contaminación y también favorecer el desarrollo de vegetación.

   Si bien bajo tierra los elementos que contienen las piedras sacadas para horadar las montañas por donde pasará el tren de alta velocidad permanecen más o menos estables, la situación cambia cuando están expuestas a la intemperie.

   El catedrático de Edafología de la USC Felipe Macías explica, en declaraciones a Europa Press, cuál es el proceso. "Esas pizarras negras tienen elevados niveles de azufre pirítico y, asociado a él, no metales como arsénico y selenio y metales pesados como cobre, cadmio, cobalto, zinc y manganeso", apunta.

SOLUCIÓN "PIONERA"

   Cuando las rocas están en el vertedero y se exponen al contacto con el oxígeno y el agua, se oxidan y se registran lixiviados de los elementos contaminantes, filtraciones que habitualmente en estos casos son de color ocre y que acaban en los cursos acuáticos más cercanos. Y más en el caso de la comunidad gallega, donde la pluviosidad es alta.

   De no hacer nada, "el vertedero no se recuperaría y quedarían suelos contaminados y agua contaminada", advierte Macías. Es por eso que este profesor ha coordinado un grupo de una decena de personas que durante un año ha diseñado este suelo a la carta, un suelo "con las propiedades justas que se necesitan para resolver un problema".

   Previamente, durante tres años y medio, estuvieron analizando los materiales extraídos del túnel, en fase de estudio. Ahora que el tecnosol está allí y le hacen un seguimiento, observan que el pH del agua es "perfecto" y que por tanto está funcionando "perfectamente": se está logrando que no haya contaminación.

   De hecho, parte de esta solución innovadora, "totalmente novedosa" y "pionera" en el mundo, según reivindica el catedrático, se está usando ya para mitigar el impacto de los escombros del túnel de Laza, también en el tramo de la línea ferroviaria de alta velocidad entre Lubián y Ourense.

   En términos técnicos, el suelo empleado para cubrir las escombreras es un tecnosol ándico reductor eutrófico, "con propiedades neutralizadoras, tamponizadoras, de absorción de arsénico e inmovilización de metales pesados", según describe el profesor.

   Fueron precisas varias decenas de miles de toneladas (unas 35.000), que fabricó Ten (el tecnosol de base) pero que después corrigió otra compañía ubicada en la mina de Touro, que se llama Centro de Valorización Ambiental del Norte y que se dedica a la investigación (donde colabora Macías).

   Estos suelos con "mucha materia orgánica" y "amortiguados", algo parecido a un "suelo negro", fueron transportados en camión hasta la zona de los túneles y fueron precisos unos 1.400 viajes.

   Felipe Macías comenta que esta técnica puede ahora ser exportada a otros lugares y cita el caso de la Y vasca, donde también tienen ampelitas, "rocas parecidas" a las del área de la provincia ourensana por donde entra el AVE procedente de la Meseta.

"PREVENIR" LA CONTAMINACIÓN

   Reflexiona también sobre los avances en materia de restauración, en la que lleva trabajando más de 40 años. "Hasta fecha reciente", indica, lo que se hacía era recuperar suelos contaminados y paisajes degradados. "Se iba por detrás", advierte.

   Sin embargo, la tecnología permite en estos momentos "prevenir que se produzcan los problemas". "Es como la medicina. Es mucho más barato y mejor prevenir la enfermedad que curarla, y es lo que podemos hacer ahora con los tecnosoles", destaca.

   En los terrenos de Touro, donde la pretensión de reactivar la explotación minera (se extrayó cobre de 1973 a 1986) ha supuesto una fuerte contestación social, se desarrollan a día de hoy varias actividades empresariales.

   Explotaciones Gallegas (Exga), propietaria del lugar y socia del resto de compañías, produce áridos que se emplean, entre otras cuestiones, para la construcción de carreteras.

   Mientras, Tratamientos Ecológicos del Noroeste (Ten) está centrada en los tecnosoles y el compostaje; Tecnología y Reciclaje de Materiales (Tyrma) en el reciclaje de plásticos, y el Centro de Valorización Ambiental del Norte (Cvan) en la investigación, desarrollo e innovación en materia medioambiental.

"ECONOMÍA CIRCULAR"

   El gerente de Ten, David González, considera que "todavía cuesta" que las administraciones apuesten por este tipo de alternativas, "porque hay cierto recelo y rechazo social". "No tenemos cultura de economía circular", lamenta.

   En cualquier caso, pidiendo "un empujón" por parte de entidades públicas como Adif, que "quedaron muy satisfechos" con lo realizado en O Espiño, valora que "se están dando pasos".

   Admite que los tecnosoles pueden generar "algún tipo de olor", al contar con un alto grado de materia orgánica en su composición. Con todo, precisa que es un material "que ha dejado de fermentar" y por tanto se reducen los efluvios.

   Su empresa, que transforma en fertilizantes y tecnosoles más de 135.000 toneladas de residuos al año, ve en las infraestructuras una nueva aplicación para el producto que fabrican, que sirve para reparar los daños que dejan tras de sí las obras.

   Trabajan mano a mano con los investigadores de la USC, que una vez tuvieron el diagnóstico de las escombreras del AVE le pasaron una fórmula, una especie de receta.

   Aunque lo más apropiado, según explica González, es que los suelos a la carta se fabriquen "lo más cerca" del lugar de su destino final, "no hay plantas que están preparadas para tal cantidad de producción" como la que requerían los vertederos de materiales extraídos de los túneles de la alta velocidad.

   De ahí que utilizasen los camiones y de ahí que se planteen la posibilidad de estudiar futuras demandas, aunque no fueran en la comunidad, "si saliese un proyecto de envergadura". En cualquier caso, "tendría que ser viable económicamente", ya que "esto, al final", como reflexiona el gerente de Ten, "es todo un ciclo".