PONTEVEDRA, 25 May. (EUROPA PRESS) -
La Mancomunidad de Vecinos de Caritel, en Ponte Caldelas (Pontevedra) ha expresado su "condena" y "rotunda repulsa" a las pintadas con símbolos nazis que aparecieron esta semana en diversos puntos de la parroquia a raíz de las protestas contra el realojo de familias gitanas del poblado de O Vao, en Poio.
El colectivo vecinal atribuye su autoría "anónima" a un "desconocido" y rechaza "la xenofobia colectiva que se pretende imputar a todo un pueblo".
La dirección de la Mancomunidad advirtió de que "no tolera" que se pueda tildar de racistas a todo el colectivo de los 80 vecinos de la parroquia por una acción de la que responsabiliza a "una persona que por el momento ni siquiera ha sido identificada por la Guardia Civil".
El presidente y el portavoz del colectivo, Javier Sánchez y Carlos Nicolau, respectivamente, afirman que "nadie en su sano juicio o de buena fe puede expresar que esta aldea haya sufrido un ataque colectivo de fiebre xenófoba".
Ambos insisten en explicar que el rechazo vecinal a los realojos responde a la presunta vinculación de los habitantes de O Vao con el tráfico de drogas y "nada tiene que ver con el color de su piel". En este sentido, tildan de "monumental chapuza" las medidas adoptadas por el ayuntamiento de Poio y la Xunta, de las que dicen que "no responden a ningún plan de integración".
La Mancomunidad de Vecinos de Caritel culpan al vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, como "causa directa de los conflictos que están afectando a la dignidad de los conciudadanos de raza gitana". Y pese a la creación de sendas comisiones políticas y sociales para la resolución del conflicto, Javier Sánchez y Nicolás Carou aseguran que la situación en Caritel "se complica día a día".
