PALMA DE MALLORCA, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
El administrador de la agencia de comunicación Nimbus, Miquel Romero, ha afirmado que el expresidente del Govern, Jaume Matas, le propuso en 2003 participar en un concurso que iba a ser convocado para una asesoría externa de comunicación a pesar de que en realidad iba a ser utilizado para encubrir el pago de los discursos redactados por el periodista Antonio Alemany. De hecho, ha afirmado, Matas le comunicó la pretensión real y, aunque "me pareció un poco irregular", finalmente accedió a ello.
Así lo ha puesto de manifiesto durante su comparecencia como acusado en el marco del primer juicio del caso Palma Arena, que ha arrancado este lunes y que prevé prolongarse hasta finales de mes en la Audiencia Provincial de Baleares. Romero, para quien la Fiscalía pide cuatro años y medio de cárcel por estos hechos, ha recordado que Matas se puso en contacto con él "porque quería hablar conmigo" en el Consolat de Mar, donde le hizo la propuesta y le instó a ponerse en contacto con Alemany para concretar el proyecto.
"Entendí que era un favor tanto para Matas como para Alemany", ha aseverado Romero, quien ha justificado que finalmente accedió a la propuesta del expresidentes para seguir optando a contrataciones procedentes de la Administración pública. "Quería seguir teniendo opciones y me encontré entre la espada y la pared", ha incidido al respecto.
Así fue como se puso en contacto con Alemany, quien "ya estaba al corriente de todo cuando me reuní con él porque no se extrañó de nada". Tal y como ha manifestado, pactó percibir de todo este entramado una comisión del 5 por ciento, aproximadamente la misma, ha revelado, que la que le abonaba él al articulista por traspasarle clientes y empresas contratistas de la Administración -Alemany administraba entonces la empresa Consultores de Información de Baleares-.
La intención del periodista, según las acusaciones, era no aparecer públicamente como autor de los discursos y percibir subvenciones públicas para sus distintas empresas, con el "pleno conocimiento" por parte de Matas de esta contratación encubierta que generaba además la creación de "un clima de opinión favorable al presidente" y permitía "ensalzar la actividad política de Matas".
Romero accedió a actuar como "tapadera" ante las expectativas de que percibiría un 5 por ciento en concepto de comisión y de obtener mayor contratación pública a lo largo de la legislatura, tal y como sucedió.
Una vez alcanzado este acuerdo, los demás acusados, Umbert, Martorell y Linares entraron en escena, según los escritos de acusación, para adornar la contratación con las formalidades legales necesarias y así, el 3 de noviembre de 2003, rubricarse el contrato entre Nimbus y la Consejería de Relaciones Institucionales -al frente de la cual estaba Rosa Estaràs- por un importe de 110.200 euros de 2003 a 2005, a los que se sumaron 87.243 euros como prórroga ese último año.
