Alrededor del 65% de personas adictas a la cocaína o el alcohol presentaba antes de su consumo problemas de personalidad

Actualizado: miércoles, 26 marzo 2008 18:19

PALMA DE MALLORCA, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -

Alrededor del 65 por ciento de las personas adictas a la cocaína o el alcohol presentaba antes de consumir estas sustancias problemas de personalidad o de tipo psiquiátrico, siendo el 35 por ciento de los adictos los que desarrollan este tipo de patologías como consecuencia del consumo de alcohol o de drogas de forma continuada, lo que se traduce en trastornos y cuadros depresivos, disfunciones sexuales o incluso delirios de celos.

Así lo explicó hoy en declaraciones a Europa Press el psiquiatra y director de la Clínica Capistrano de Palma, José María Vázquez-Roel, quien señaló que este tipo de enganche a las drogas o el alcohol, provocado como consecuencia de un trastorno de personalidad de base, son las denominadas médicamente "adicciones secundarias".

El doctor subrayó que los casos se pueden dar, por ejemplo, en adolescentes que sufren de problemas de timidez y se dan cuenta de que bebiendo alcohol se pueden desinhibir. Así, señaló también el ejemplo de personas que tienen trastornos narcisistas, que sobrevaloran sus propias actitudes y entran en contacto con la cocaína, "que les da la idea de poder con todo y puede provocar la posterior adicción secundaria".

A juicio del director de la clínica, los problemas de base que sufren las personas con trastornos de personalidad que posteriormente pueden desarrollar una adicción a las drogas, pasan por la sucesión de "acontecimientos vitales traumatizantes" o por enfermedades psiquiátricas. "La época crítica de la adolescencia, las ansiedades que surgen y las familias desestructuradas pueden hacer que el joven se encuentre mejor en la calle y comience a consumir" destacó Vázquez-Roel.

Para el director de la clínica, otra de las franjas de edad que puede ser afectada por estos trastornos es el de las amas de casa que no se sienten satisfechas con su vida familiar y arrastran una depresión, lo que puede provocar que comiencen a beber para escapar de la rutina. En este sentido, alertó también sobre el repunte del alcoholismo en la tercera edad, como consecuencia de la longevidad y del tiempo libre que existe desde los 65 años en adelante.

TRATAR LA ADICCIÓN PRIMERO Y EL TRASTORNO DESPUÉS

Sobre los tratamientos a seguir para resolver este tipo de problemas, Vázquez-Roel manifestó la importancia de tratar primero la adicción, señalando que "es importante" tener claro que es preciso resolver el problema de la adicción para acudir al de base. "A veces se piensa que si se resuelve la base no se consumirá tanto, pero eso es un error monumental" señaló.

En este sentido, el doctor resaltó que cuando los pacientes llegan a la clínica, en múltiples ocasiones no han detectado el problema de base, ya que según aseguró, "la adicción lo tapa todo" y no permite hacer un diagnóstico concreto del problema que subyace en la adicción.

PROBLEMAS TRAS LA ADICCIÓN

Sobre las problemáticas que conllevan estas adicciones, Vázquez-Roel aseguró que en el caso de las personas jóvenes las principales patologías derivadas son los trastornos de personalidad y los brotes psicóticos, mientras que en el caso de los adultos, los problemas evolucionan hacia la depresión, la ansiedad y el consumo de sustancias.

El director de la Clínica Capistrano destacó que tanto las drogas como el alcohol tienen la potencialidad de "modificar la personalidad del individuo" y de transformarla, aunque esto varía según la sustancia consumida. Así, los puntos comunes de la mayoría de estas sustancias se centran en la inmadurez psicológica, la poca tolerancia a la hora de soportar el sufrimiento y los complejos de inferioridad.

"Hay otros trastornos derivados que son frecuentes, como las disfunciones sexuales en el caso de los adictos a la cocaína, ya que el aumento del deseo sexual que provoca y la disminución de la potencia de la erección a la hora de mantener relaciones son causa a veces de situaciones de violencia" sostuvo Vázquez-Roel, quien manifestó que a medida que se agrava la adicción, el trastorno de personalidad se vuelve más grave y las consecuencias para el cuerpo también adquieren mayor relevancia.