Alrededor de 70 personas duermen cada día en la calles de Palma

Actualizado: sábado, 27 noviembre 2010 11:58

La mayoría de los que viven de manera habitual en la calle rechaza dormir en centros de asistencia

PALMA DE MALLORCA, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

Alrededor de 70 personas sin hogar duermen cada día en las calles de Palma desde hace meses, de las que la mayor parte rechazan ser alojados por los servicios sociales, según ha señalado el jefe de sección de Inclusión Social del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), Sebastià Cerdà.

Cerdà ha afirmado en declaraciones a Europa Press que, si bien es difícil cuantificar el número exacto de personas que hay en esta situación, calculan que puede haber entre 60 y 70 personas sin techo en Palma que han hecho de la calle su modo de vida habitual.

Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas llegan los momentos más duros del año para los llamados "sin techo", personas sin hogar que suelen concentrarse en determinados lugares de las ciudades y es que, según apunta Cerdà, "la exclusión social es básicamente urbana" y es poco habitual verlo en pueblos.

El IMAS dispone de una red de servicios que atiende a personas en situación de exclusión social, la mayor parte de los cuales son de alojamiento y comida, que suman un total de 363 plazas públicas. A éstas hay que añadir las de los servicios del Ayuntamiento de Palma y de otros centros privados, que en total se acercan a las 560 camas entre públicas y privadas.

Así, entre estos servicios está el programa 'Turmeda', que dispone de 55 plazas para atender a personas extracomunitarias en situación de exclusión social, pero que todavía tienen posibilidades de poder incorporarse al mundo sociolaboral. Este programa ha atendido en lo que va de año a 164 personas.

Por otra parte, también está el centro Ca l'Ardiaca, con 98 plazas, que da servicio a personas en situación de exclusión social. Este servicio ha dado cobijo a 769 personas en lo que va de año. La peculiaridad de este centro es que no se exige a los usuarios nada más que unos requisitos de salubridad y convivencia para poder dormir y comer allí, a diferencia de otros programas en los que tienen que comprometerse a participar en procesos de reinserción.

Cerdà ha explicado que el objetivo de 'Ca l'Ardiaca' es que las personas que allí acuden ingresen más adelante en algún otro de los programas de más exigencia para lograr así su rehabilitación.

Además, el IMAS dispone de otros servicios de acogida en los que los usuarios deben ya comprometerse a participar de manera activa en un proceso de recuperación y que les exige un mayor compromiso. Es el caso de 'Casa Familia' y de 'Sa Placeta'.

Se trata de dos programas en los que las personas atendidas firman un contrato terapéutico para acogerse. Sa Placeta tiene 60 plazas y está dirigido especialmente a toxicómanos y en lo que va de año ha atendido a 183 personas. Por su parte, Casa Familia (150 plazas) está reservado especialmente para alcohólicos, en caso de que tengan alguna drogadicción. Por este programa han pasado este año 299 usuarios.

Cabe señalar que dentro del servicio Casa Familia existen varios programas, como el Servicio de Acogida e Inserción Social (SAIS) para personas que todavía tienen posibilidad de reintegrarse en la sociedad. Dentro del SAIS también está el programa Eines que atiende a alcohólicos que quieren desintoxicarse y un piso de inserción.

Para las personas que ya no tienen posibilidad alguna de reinserción sociolaboral y que no pueden valerse por sí mismas, el IMAS dispone del Servicio de Acogida Residencial.

Además, el IMAS también cuenta con una Unidad Móvil de Emergencia Social (UMES) que recorre las calles de Palma para ofrecer asistencia a los sin hogar que no quieren entrar en ninguno de los servicios de alojamiento citados.

Cerdà ha destacado que una parte importante de las personas sin techo suele tener problemas psiquiátricos, que sumados a posibles adicciones tóxicas, "hacen muy difícil su inserción social", ya que, además, ellos mismos se niegan a recibir ayuda.

El coordinador ha explicado que estas personas llegan a acostumbrarse a estar en la calle, lo que en ocasiones les da una "falsa sensación de libertad" al comprobar que pueden hacer lo que quieran, hasta defecar, sin que "nadie se atreva a decirles nada".

ACCESO A LOS SERVICIOS DEL IMAS

Para acceder a cualquiera de los servicios del IMAS existen tres vías, o bien las personas son derivadas de hospitales, o bien son atendidas por la UMES que les ofrece entrar en la red de alojamiento, o es el propio usuario el que voluntariamente acude a alguno de los centros.