Un científico de la UIB colabora en el desarrollo de un sistema de detección de gases tóxicos que evite atentados

Actualizado: lunes, 9 abril 2007 21:03

PALMA DE MALLORCA, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

El doctor Jeroni Morey, miembro del Grupo de Química Supramolecular del Departamento de Química de la UIB, ha participado en una investigación desarrollada por la Universidad de Texas (EEUU) que supone la primera fase en la construcción de un detector selectivo, fiable y rápido de gases tóxicos que permitiría evitar atentados con estas sustancias en lugares cerrados, como el ocurrido en el metro de Tokio hace 10 años con gas sarín, con un resultado de 12 muertos y más de 6.000 heridos.

Según informaron fuentes de la UIB a Europa Press, la investigación desarrollada, que ha concluido con el registro de una patente de los avances, se centra precisamente en el diseño de moléculas que sean capaces de reconocer otras moléculas. Aunque las posibilidades de lograr que una materia interaccione con otra a nuestro antojo son muy amplias, en este caso concreto se trata de conseguir una molécula capaz de detectar pequeñas concentraciones de un gas tóxico y poner en funcionamiento un sistema de alarma.

La parte de la investigación llevada a cabo por Morey durante su estancia en el Departamento de Química y Bioquímica de la Universidad de Texas, consistió en probar moléculas capaces de reaccionar con la estructura básica de una sustancia determinada y que esta reacción fuera "visible" de alguna manera por poder desencadenar una reacción --dar la alarma--.

En concreto, se pretendía que la reacción entre la molécula diseñada y el gas tóxico fuera capaz de ser transformada en una señal eléctrica que desencadenara toda una serie de acciones para detener la acción tóxica del gas. Una vez completada esta primera fase, resta, según palabras de Morey, que alguna empresa o institución esté interesada en desarrollar la patente.

El trabajo en el que ha participado Morey es uno de los muchos del ámbito de la química que, desde todo el mundo, han invertido parte de sus esfuerzos a encontrar métodos de detección que sean selectivos para este tipo de gases pero que, a la vez, sean rápidos y fiables, de forma que sean capaces de alertar del peligro antes de que los compuestos tóxicos ya hayan desarrollado su devastador efecto.

Dada la elevada toxicidad de las citadas sustancias, este tipo de experimentos no emplean ningún gas tóxico, sino moléculas que, pese a tener la misma estructura molecular, tienen un toxicidad inferior.