PALMA DE MALLORCA, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado a los responsables de las obras de desdoblamiento de la autovía de Palmanova a Paguera, ejecutadas durante la última legislatura de Jaume Matas, a indemnizar con 26.806 euros a un trabajador que, durante los trabajos de construcción, se precipitó desde una altura de cinco metros debido a que una de las estructuras utilizadas se encontraba desprotegida. Fruto del siniestro, la víctima sufrió numerosas fracturas y policontusiones.
Mediante una sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, el tribunal de la Sección Segunda ha acordado elevar la cuantía indemnizatoria después de que el Juzgado de lo Penal número 2 de Palma la estableciera en 22.338 euros.
La Sala ha condenado asimismo a Bartolomé O.M. y a Santiago M.G. a diez meses y quince días de cárcel por un delito contra los derechos de los trabajadores en concurso con otro de lesiones imprudentes. El accidente tuvo lugar el 15 de abril de 2005.
En concreto, Bartolomé O.M. era administrador de Compañía de Ferralla Balear y de Ferraceros Ordinas, empresas subcontratadas para llevar a cabo parte de los trabajos de ejecución, y estaba obligado, según la sentencia, a procurar las medidas necesarias para asegurar la integridad física de sus empleados, mientras que Santiago M.G. era quien ordenaba diariamente a cada uno de los trabajadores las tareas a realizar, siempre bajo las medidas necesarias de seguridad.
Según declara probado la resolución judicial, el día de los hechos el trabajador accidentado se encontraba en una de las estructuras necesarias para el trazado y situadas a la altura de Costa de la Calma, en Calvià, sin que Santiago M.G. estuviera presente en los trabajos de ese día. La estructura disponía de frontales en los lados pero no en uno de los frontales, por donde instantes después se precipitaría el oficial.
La sentencia relata que la tarea de los cuatro operarios que formaban grupo esa jornada, entre los que se hallaba el afectado, consistía en transportar manualmente y en cadena hierros de 3,3 metros de largo y 7 kilos de peso cada uno desde un lateral a otro.
Sin embargo, en un momento dado dos de las barras rebotaron hacia el oficial, quien al retroceder para esquivarlas y en un acto de inercia se desplazó dos metros, tropezó con una imposta y cayó por el frontal desprotegido desde una altura de cinco metros.
El tribunal asevera que quien dio las instrucciones para que las barras fuesen pasadas de este modo fue Santiago M.G., "sin tener en cuenta el riesgo implícito para sus trabajadores ya que no es idóneo en ningún caso transportar a mano las barras de hierro debido al peso de las mismas, así como el riesgo implícito que para los trabajadores suponía realizar el transporte y acopio de material de ferralla en altura por una estructura sin la debida instalación de las medidas de protección establecidas".
