PALMA, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Consell de Govern, reunido en sesión extraordinaria, aprobará este viernes el paso de la isla de Menorca al nivel 4 de alerta por COVID-19, que implicará la limitación de la movilidad nocturna a partir de las 22.00 horas.
Según ha informado el Ejecutivo autonómico, estas medidas, que tienen que entrar en vigor este sábado, responden al empeoramiento de los indicadores epidemiológicos de la isla y estarán vigentes hasta el próximo 30 de enero.
El paso de nivel 3 a nivel 4 implica, entre otras modificaciones, el cierre del interior de los bares y restaurantes y la limitación de las reuniones sociales y familiares a dos unidades de convivencia, con un máximo de seis personas, tanto en espacios interiores como en espacios exteriores. Por otro lado, tampoco se permitirán las fiestas populares ni las actividades culturales, deportivas y lúdicas vinculadas.
De acuerdo con los datos del Servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública y Participación, en las últimas dos semanas Menorca ha experimentado un repunte que ha conducido a la isla a un máximo histórico, con una incidencia acumulada consolidada en 14 días de 224,8 casos por 100.000 habitantes. Además, el número de reproducción básico (RT), que indica la velocidad de los contagios, en los últimos siete días se ha situado en una media de 1,47, valor considerado bastante elevado, debido a la incidencia alta de estos momentos.
Estos dos indicadores reflejan que el riesgo de rebrote o índice de crecimiento potencial (EPG), que conjuga la velocidad de reproducción mediana de los últimos siete días y la incidencia acumulada de los últimos 14 días, ha logrado un nuevo máximo histórico (331), hecho que sitúa la isla en la mayor alerta desde que se inició la pandemia.
La consellera de Salud y Consumo, Patricia Gómez, explicó el pasado miércoles la situación a la presidenta del Consell de Menorca, Susana Mora, y a los alcaldes de los municipios de la isla, a los cuales avanzó la necesidad de establecer nuevas medidas para evitar añadir presión al sistema asistencial y, en particular, al Hospital Mateu Orfila.
