El Defensor del Menor alerta de la importancia del diagnóstico precoz en los trastornos alimentarios de los adolescentes

Actualizado: domingo, 16 agosto 2009 14:16

El Hospital Universitario de Son Dureta atendió 1.700 casos de anorexia y bulimia en los últimos diez años, la gran mayoría en mujeres

PALMA DE MALLORCA, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Oficina del Defensor de los Derechos del Menor (ODDM) alertó de la importancia del diagnóstico precoz en los casos de trastornos alimentarios como anorexia o bulimia, que afectan principalmente a los adolescentes y, en un 90 por ciento de los casos a mujeres, por lo que considera de suma importancia la implicación de las familias en la detección de estas enfermedades en su fase inicial.

Según manifestó el responsable de este departamento autonómico, adherido a la Conselleria de Asuntos Sociales, Promoción e Inmigración, Antoni Bennàssar, en declaraciones realizadas a Europa Press, la incidencia de este tipo de problemas en las islas es "significativa", aunque es difícil establecer su dimensión real, dado que muchos casos tardan demasiado tiempo en conocerse.

Principalmente, la anorexia y la bulimia se manifiestan en adolescentes de entre 12 y 18 años de edad, y, aunque las causas son múltiples y no todas son bien conocidas, el "culto al cuerpo y a la imagen externa" habituales en nuestra sociedad son quizá los motivos que se apuntan como más probables para desatar una conducta que puede conllevar gravísimos riesgos para la salud, incluido el fallecimiento de quien la padece.

Por anorexia se entiende la pérdida continua de peso, a base de ayuno y empleo de purgantes, hasta situarse en niveles que pueden llegar a corresponder a un 15 por ciento del que le correspondería a la persona. Por su parte, la bulimia se suele desarrollar en dos fases, por un lado los 'atracones', que son los momentos en que la persona come en exceso y de forma compulsiva, seguidos de vómitos o del empleo de laxantes para expulsar la comida.

Ambas conductas tienen muchas semejanzas y son consideradas "alteraciones graves del comportamiento alimentario" por el sistema sanitario y, el caso, es que, en los últimos diez años las han padecido al menos 1.700 residentes de las Illes Balears. O, al menos, esa es la cantidad de pacientes que trató la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital Universitario de Son Dureta, que acaba de cumplir su primera década de existencia.

Bennàssar admite que estos trastornos "a veces están vinculados a otros, como la depresión y la ansiedad", que también se manifiestan en una "franja de edad especialmente vulnerable", como es la adolescencia, por lo que la ODDM decidió lanzar este año una guía dirigida a los propios menores, así como a las familias y los educadores, en la que se recoge información y consejos sobre esta cuestión.

ATENCIÓN A LOS SÍNTOMAS

Aunque ha sido editada en papel, el director de esta oficina considera especialmente "significativa" la cantidad de veces que ha sido el documento descargado de su web (PDF) y, precisamente, debido al éxito obtenido, manifestó que "estamos dispuestos a dar charlas en cualquier lugar que nos lo pidan", como colegios, AMPAS o asociaciones juveniles, entre otros posibles.

Para Antonio Bennàssar, el "diagnóstico precoz es básico" y, por ese motivo, los familiares de los adolescentes que podrían padecer trastornos alimentarios deben estar alerta ante comportamientos como dietas o ejercicio físico exagerados, cambios de humor, ayunos, o bien ingestión compulsiva de alimentos, pérdidas de peso acentuadas y horarios de comidas irregulares, principalmente.

UNA VEINTENA DE PROFESIONALES

Cuando se detecta un posible caso de anorexia o bulimia, si el paciente es menor de 14 años de edad, la puerta de entrada es la Consulta de Pediatría, que lo derivará a la Unidad de Salud Infantojuvenil --excepto en los casos más graves--. Los afectados con una edad superior a la señalada deben acudir a la consulta del médico de cabecera, que les derivará a la Unidad de Trastornos Alimentarios.

Ésta cuenta con ocho camas para atender los casos que requieren hospitalización completa, pero también atiende como hospital de día a entre 10 y 12 pacientes más. A ello cabe sumar las consultas externas. Esta unidad y la de Salud Infantojuvenil suman un total de 20 profesionales, entre los que se encuentran dos psiquiatras, dos psicólogos, ocho diplomados en enfermería, seis auxiliares de enfermería, un endocrinólogo y un auxiliar administrativo.