PALMA DE MALLORCA, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Fomento del Turismo de Mallorca, Eduardo Gamero, ha alertado este miércoles de que las protestas y manifestaciones contra la masificación repercuten en la caída de la demanda turística, que este año ha registrado un descenso "de entre un 10 por ciento y un 12 por ciento".
"Con este tipo de actuaciones y la recuperación de los mercados competidores de nuestro entorno las próximas temporadas pueden ser muy problemáticas por la caída de la demanda", ha manifestado Gamero en un comunicado.
Ante esta situación, ha pedido "sentido de responsabilidad" a las administraciones de las Islas "para que no se permitan estos desmanes que se están produciendo y que, en muchos casos, atentan directa o indirectamente contra la fuente más importante de ingresos que es el Turismo".
"Estamos instalados en la esquizofrenia, el desprecio a los valores tradicionales, el manfutismo y el ninguneo a quienes nos dan trabajo y bienestar a las familias", ha expresado el presidente.
En este sentido, Gamero ha hecho referencia a las acciones de "jóvenes idealistas" y "mal informados" y ha criticado que "con sus actos atentan contra el bienestar de las familias de los trabajadores del sector turístico en particular y de los mallorquines en general, ya que si dejan de venir turistas a Mallorca porque eligen otros destinos más amables y acogedores, muchas personas se quedarán sin trabajo".
Así, la organización ha dicho "basta ya de protestas y manifestaciones en contra del Turismo", y han añadido que este "basta ya" debe ser "firme y contundente por parte de todas las personas de buena voluntad que viven en Mallorca y también de quienes detentan la representación Institucional en las distintas Administraciones".
"Con este comunicado pretendemos dar un toque te atención a la sociedad mallorquina porque nos estamos jugando el futuro de todos", ha concluido.
Cabe recordar que dos miembros de la organización juvenil Arran colgaron el lunes una pancarta en un autobús turístico detenido en la zona del Castillo de Bellver (Palma) como acción de protesta contra la masificación turística.
