PALMA DE MALLORCA, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Servicios de Salud balear, IB-Salut, realizó en los últimos diez años un total de 164.106 mamografías entre mujeres residentes en las islas, que sirvieron para detectar de forma precoz 400 cánceres de mama, que fueron abordados a tiempo para ser tratados con garantías, aunque esta enfermedad supuso el fallecimiento de un centenar de ciudadanas de las islas cada año.
Según expuso el conseller de Salud y Consumo, Vicenç Thomàs, el nuevo avance en la lucha contra el cáncer de mama llegará en 2010, cuando las pruebas de este tipo pasarán a realizarse entre todas las mujeres con edades comprendidas entre los 50 y los 60 años, mientras que también señaló la importancia de que se vayan incorporando al sistema preventivo las residentes extracomunitarias, con lo cual, el volumen de pruebas realizadas previsiblemente se disparará.
Así lo manifestó hoy el conseller durante la inauguración de la 'XIII Reunión Anual de Programas de Cribado de Cáncer de Mama de Ámbito Ibérico', que se celebra hasta mañana viernes en el Centre de Cultura 'Sa Nostra', con la participación de un centenar de expertos y responsables de este tipo de servicios, que intercambian experiencias y conocimientos. Todo ello bajo el patrocinio de la compañía biomédica Pfizer, que colabora con la organización.
Thomàs resaltó la importancia de dirigir los recursos técnicos y humanos a una política preventiva de esta enfermedad, con el objetivo de conseguir "destronar" al cáncer de mama de entre los tumores que causan mayor mortandad. De ahí que se rebaje la edad para acceder a las pruebas, porque "nos preocupa las salud de las mujeres y, desde la Conselleria, le dedicamos una atención especial", señaló.
Cabe señalar que, en toda Europa, se detectan cada año más de 300.000 casos de cáncer de mama y fallecen aproximadamente unas 100.000 mujeres por esta causa. La principal herramienta para reducir tan dramáticas cifras es que las ciudadanas "acudan cuando son llamadas por un programa de cribaje", apuntó el conseller, quien consideró que aún se debe avanzar en otros campos, como los grupos de autoayuda, el seguimiento de las mujeres diagnosticadas y ampliar la investigación.
También manifestó que "es necesaria" la colaboración entre los distintos servicios asistenciales, así como recoger y procesar los datos epidemiológicos que generan para "llegar mejor a las mujeres que están en riesgo" y, así, "mejorar el circuito" de pruebas y tratamientos que deben seguir una vez que se descubre su situación. Todo ello con el objetivo de alcanzar una "asistencia integral", remarcó Thomàs.
