Más de 600 ludópatas no pueden entrar en los bingos o casinos de Baleares tras haberse autoexcluido de los mismos

Actualizado: domingo, 21 marzo 2010 12:30

PALMA DE MALLORCA, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un total de 608 ludópatas no pueden entrar en los bingos o casinos de Baleares, tras haberse autoexcluido de los mismos, de forma que 250 ciudadanos se apuntaron en la lista autonómica, mientras que 358 lo hicieron en la estatal pidiendo que se les prohibiera entrar en este tipo de establecimientos para evitar que continuaran jugando compulsivamente.

Así lo informaron a Europa Press fuentes de la Conselleria de Innovación, Interior y Justicia, que detallaron que mientras que 250 adictos al juego de las islas han acudido a este departamento para pedir que les prohíban entrar en los casinos y bingos del archipiélago, otros 358 se han autoexcluido no sólo de estos establecimientos en Baleares, sino también en el resto de Comunidades Autónomas.

No obstante, indicaron que puede ser que haya personas que se hayan apuntado a las dos listas, si bien "todo indica que no es una circunstancia frecuente que se den de alta en dos instancias diferentes".

Por otro lado, precisaron que la autoprohibición sólo es posible en los bingos y casinos, debido a que en la recepción siempre se solicita el DNI para acceder, por lo que las personas con problemas de ludopatía sí que pueden continuar acudiendo a los salones de juego o a los bares y restaurantes que cuentan con máquinas recreativas.

Concretamente, a comienzos de este año se habían dado de alta en el listado autonómico de prohibición voluntaria de entrada en bingos y casinos de las islas un total de 659 personas, mientras que se habían dado de baja otras 409, siendo así la cifra de activos de 250.

Por su parte, el listado nacional, elaborado por la Comisión Nacional del Juego, contaba con 612 altas de ciudadanos de Baleares con problemas de ludopatía que se habían autoexcluido de los bingos y casinos de toda España, frente a las 254 bajas, por lo que la cifra total de activos alcanzaba los 358.

La autoprohibición voluntaria la puede solicitar el propio individuo que tenga problemas de ludopatía o un familiar directo suyo, mayor de 18 de años, que dependa económicamente de esta persona.

El trámite es gratuito y sólo se debe complementar un formulario, si bien en caso de que el afectado que se haya apuntado en el listado autonómico o estatal desee levantar esta autoprohibición, deberá pagar unas tasas administrativas de 210,78 euros, que tienen el objetivo de "evitar que los ludópatas se apunten y se desapunten continuamente".

Mensualmente, el Servicio de Juego de la Comunidad Autónoma envía los listados autonómicos y estatales a los bingos y casinos de Baleares para que estos lo incorporen a su sistema informático, de manera que si incumplen la prohibición de acceso a las personas que se han autoexcluido, incurrirán en una falta o infracción administrativa calificada de muy grave.

UN CENTENAR DE FAMILIAS RECIBEN TRATAMIENTO

Actualmente, un centenar de familias de Baleares reciben tratamiento psicológico por problemas de ludopatía, después de que alguno de sus miembros fuese adicto a las máquinas tragaperras, al bingo o a los juegos de azar en Internet, según informó a Europa Press la presidenta y psicóloga de la Asociación Juguesca para el estudio, la prevención y el tratamiento del juego patológico, Antònia Miralles.

Durante el pasado año, fueron 130 las familias que acudieron a Juguesca a solicitar información sobre los tratamientos para poner fin a la adicción al juego patológico, si bien sólo la mitad comenzó a acudir, junto a las cerca de 40 personas que ya asistían a las terapias individuales y de grupo, que se prolongan durante un periodo mínimo de un año y que finalizan con éxito en seis de cada diez casos.

Aquellas personas interesadas en recibir tratamiento terapéutico en Juguesca pueden llamar al teléfono 971 27 43 28, donde se les citará para mantener una reunión con los profesionales, que será totalmente gratuita. En caso de que, finalmente, el afectado decida no acudir a las terapias individuales y de grupo, sus familiares sí que pueden asistir, con el fin de adquirir pautas que les permitan ayudar a la persona adicta al juego.