MADRID, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -
La ofensiva militar lanzada sobre la ciudad yemení de Hodeida amenaza con complicar más aún los precarios servicios médicos que existen en la zona, según la ONU, que ha expresado su especial preocupación por el futuro de las 90.000 mujeres que se estima darán a luz en los próximos nueve meses.
Yemen ya es uno de los países del mundo con un mayor índice de mortalidad materna --la tasa de 385 fallecimientos por cada 100.000 nacimientos de 2015 se habría doblado debido a la guerra-- y la situación podría empeorar en las próximas semanas.
"El daño a las instalaciones sanitarias, en particular a los centros de atención reproductiva, podría paralizar la prestación de servicios médicos y la entrega de suministros", ha advertido el responsable para la region del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), Luay Shabaneh.
La ONU calcula que entre los afectados por la ofensiva lanzada sobre Hodeida por la coalición que lidera Arabia Saudí, aliada del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, figuran 750.000 mujeres y niñas en edad fértil. Casi 14.000 que ya están embarazadas corren un riesgo inmediato si no reciben atención inmediata.
Shabaneh teme "graves consecuencias" si no se revierte esta situación, por lo que desde la UNFPA se ha instado a todas las partes a anteponer la protección de la población civil a cualquier tipo de interés militar. En este sentido, la agencia ha recordado que el Derecho Internacional Humanitario obliga a garantizar la atención básica de los ciudadanos.
Nadia (nombre ficticio) huyó de Hodeida hace casi tres semanas. Temía por la seguridad de sus cinco hijos y de otro que viene en camino, ya que está embarazada de cinco meses. "Creía que yo, mi bebé y mis hijos moriríamos y enfermaríamos si nos quedábamos", cuenta desde Saná a la Thomson Reuters Foundation.
"Estaba sufriendo, cansada y con miedo", ha añadido, al relatar lo vivido en una ciudad donde "había malnutrición" y faltaban los servicios más básicos. La ONU estima que en todo el país unos 8,4 millones de personas están al borde de la hambruna.
