LONDRES, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los talibán exigieron hoy que se abra una investigación internacional sobre el bombardeo de la OTAN el viernes pasado en la provincia de Kunduz, en el norte del país, que provocó decenas de víctimas civiles. Según el grupo armado, 150 no combatientes perdieron la vida.
Esta petición de los talibán dista mucho de sus principios habituales, opuestos a cualquier injerencia extranjera en Afganistán. Nadie pone en duda que un gran número de milicianos fallecieron en el ataque aéreo, ordenado por el Ejército alemán, pero las autoridades no se ponen de acuerdo a la hora de determinar el número de civiles muertos.
Un informe de la ONG local Observatorio de Derechos de Afganistán (ARM, por sus siglas en inglés), basándose en entrevistas con una docena de vecinos, determina que entre 60 y 70 civiles fallecieron en el bombardeo sobre un camión cisterna que los talibán habían robado un día antes.
El grupo insurgente afirma en un comunicado difundido hoy que el balance asciente a 150 civiles muertos, muchos de ellos niños que habían sido enviados por sus familias para que recogieran combustible del camión robado, informa la BBC.
El Gobierno central afgano sólo ha hablado de decenas de muertos, incluidos civiles, pero no ha ofrecido cifras estimadas, y las autoridades provinciales han dado números contradictorios. Un diputado de Kunduz hablaba ayer de 65 muertos, aunque desde el principio se habló de 95.
La Alianza Atlántica todavía tiene que concluir su investigación sobre lo ocurrido, aunque ya ha reconocido que "algunos" civiles murieron como consecuencia directa del bombardeo. Pero ARM destaca en su informe que más de una docena de hombres armados perdieron la vida en el incidente y que el resto eran no combatientes.
En este sentido, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha admitido la dificultad de determinar el balance exacto del bombardeo debido a que muchos de los cadáveres quedaron totalmente calcinados.
