El país ha sido escenario de una sangrienta campaña electoral que pone en peligro sus aspiraciones europeístas
MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Partido Democrático de Albania (PDSh) ostenta sólo dos puntos de ventaja sobre el Partido Socialista de cara a los comicios parlamentarios de hoy, una enzarzada lucha de cara a unas elecciones en las que el país ha prometido limpiar su imagen después de las francas irregularidades cometidas en 2005.
El país está obligado a desarrollar unos comicios que respondan a los estándares internacionales. La Unión Europea ya ha dejado claro que estos comicios deben quedar por encima de toda crítica si Albania desea proseguir su camino para una eventual incorporación al bloque de los 27. La incorporación de Albania a la UE está relacionada a través del Acuerdo de Estabilización y Asociación por el que podría adquirir estatus de candidato este mismo año.
Unos 3,1 millones de votantes elegirán a 140 diputados, y lo harán entre unos 4000 candidatos de cuatro coaliciones políticas formadas por al menos 39 partidos. No obstante, se teme que los recientes episodios de violencia distorsionen el proceso electoral, ya de por sí afectado por problemas técnicos, relativos a la distribución de nuevos carnets de identidad para los votantes, cuyo sistema se encuentra desbordado y se teme que no todos los albaneses reciban el documento a tiempo para las elecciones.
La emisión de estos carnets es la principal apuesta para garantizar la limpieza de los comicios, que hace cuatro años fueron objeto de crítica cuando se descubrió que algunos votantes estaban empleando certificados de nacimiento falsos antes de depositar su voto.
"Declaro que la celebración de elecciones limpias es el principal objetivo del Gobierno y aseguro que las reformas no se detendrán", indicó el primer ministro Sali Berisha, que cumple su cuarto año de mandato tras llegar al poder aupado por una plataforma anticorrupción y que ha conseguido mantener un crecimiento económico estable al 6 por ciento anual, impulsando nuevos proyectos de infraestructuras en el país.
Por su parte, el partido socialista de Edi Rama, el alcalde de la capital, Tirana, ha acusado a Berisha de encontrarse sumido en la corrupción, y de emplear políticas que han arrastrado a los albaneses a la pobreza.
A pesar de la diferencia técnica, ambos partidos gozan prácticamente del mismo apoyo público. Dos puntos de ventaja son casi un empate técnico, de acuerdo con la encuesta divulgada por la cadena Top Channel TV, que refleja por otro lado el ascenso registrado por los demócratas. Los socialistas, por su parte, descendían dos puntos respecto de la última estimación.
En tercer lugar de las encuestas se encuentra el Movimiento Socialista por la Integración (LSI), con un seis por ciento de los votos, seguido del Movimiento G99 con un dos por ciento, el Partido de la Unidad por los Derechos Humanos (PBDNJ) con un uno por ciento, empatado con el Partido Republicano de Albania, también con un uno por ciento.
DEFICIENCIAS
En julio de 2005, Albania mantuvo unas elecciones legislativas que los observadores internacionales consideraron que "sólo habían cumplido parcialmente con los compromisos internacionales y con el estándar oficial para las elecciones democráticas".
En aquel momento, los resultados finales dieron a los demócratas 56 escaños por 42 escaños de los socialistas. El primer ministro Berisha asumió el poder en septiembre de ese año.
De cara a estas elecciones, el pasado 12 de mayo la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) rechazó una petición emitida por el Ejecutivo de Tirana para sustituir a la directora de la misión de observación de la organización, Audrey Glover. En palabras de la OSCE, "si los gobiernos tuvieran potestad para elegir a los observadores, supondría el final de la observación imparcial y objetiva en Albania".
VIOLENCIA
Uno de los problemas que más ha afectado al desarrollo de la campaña en Albania ha sido el de la sangrienta violencia electoral. Tres muertos componen el balance provisional de los prolegómenos de la votación: un diputado de oposición albanés, un conservador y un partidario del partido Democrático.
El diputado opositor del partido Socialista, Fatmir Xhindi, moría acribillado por dos pistoleros cerca de su casa en Roskovec, al sur de Tirana, cuando iba a ver el duelo Real Madrid - FC Barcelona el pasado 2 de mayo en un bar. Los asesinos de Xhindi siguen a la huida.
La muerte de Xhindi fue condenada inmediatamente por el presidente albanés, Bamir Top, que declaró que el asesinato era un "crímen excepcionalmente serio que debía ser esclarecido con rapidez". Fue igualmente lamentado por la presidenta del Parlamento, Jozefina Topalli y por el Comisario de Ampliación de la UE, Olli Rehn.
El pasado día 18, un artefacto explosivo acababa con la vida del conservador Aleksander Keka, mientras conducía su vehículo por el norte del país.
Finalmente, el pasado 12 de junio, un partidario del Partido Democrático fallecía a causa de los disparos producidos tras una discusión con partidarios de la oposición por unos carteles electorales. El incidente tuvo lugar en la localidad de Querret, cerca de Tirana.
