BERLÍN, 16 Nov. (EP/AP) -
En el tercer día consecutivo de la huelga de conductores de tren que afecta a Alemania unos 6.000 de ellos decidieron no trabajar hoy para intentar que la empresa pública ferroviaria alemana, Deutsche Bahn, aumente sus salarios. La huelga, que se prevé que finalice mañana, ha afectado tanto a los alemanes que viajan en tren como a la industria.
Según Volkswagen, unos 10.000 de sus vehículos nuevos permanecen en su fábrica de Wolfsburg, esperando a que los trenes inicien sus distribución. La huelga también ha perjudicado a una fábrica de Audi en Bruselas, en la que se cancelaron los envíos debido a que los trenes que debían distribuir diversas piezas desde Bratislava estaban paralizados en Alemania.
Además, el paro ha tenido consecuencias para millones de alemanes, ya que sólo circulan un tercio de los trenes regulares de Berlín, Frankfurt y Stuttgart, según indicó Deutsche Bahn. En torno a un 20 por ciento de los trenes de pasajeros de la antigua Alemania Oriental funcionaban con normalidad, mientras que este porcentaje aumentaba hasta el 50 en la antigua Alemania Occidental.
Los conductores de los trenes de pasajeros comenzaron la huelga ayer por la mañana, y los de trenes de mercancías lo hicieron el miércoles al mediodía.
En el marco de una disputa que se lleva fraguando varios meses, el sindicato GDL exige un aumento de los salarios de los maquinistas y además pide que se les pague una cantidad añadida a la cantidad que perciben otros empleados ferroviarios; una demanda que Deutsche Bahn rechaza firmemente.
GDL no ha aceptado la subida del 4,5 por ciento que acordó Deutsche Bahn con dos sindicatos rivales que representan a una proporción mayor de trabajadores. La actual oferta de Deutsche Bahn implicaría un aumento del 10 por ciento en el sueldo de los maquinistas, así como una mejora de las condiciones laborales.
Tanto el Gobierno alemán como los grupos industriales han urgido a ambas partes a reanudar las negociaciones, a la vez que han expresa su preocupación por la posible repercusión negativa que puede tener la huelga en la economía.
