Alemania.- Siemens, investigada por su presunta participación en el escándalo Petróleo por Alimentos

Actualizado: miércoles, 3 enero 2007 20:42

BERLIN, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -

El grupo tecnológico Siemens está siendo investigado por la Justicia alemana por su presunta participación en irregularidades relacionadas con el programa Petróleo por Alimentos en Irak, en el que funcionarios de Naciones Unidas y responsables políticos iraquíes recibieron ingresos ilícitos por parte de empresas y otras entidades.

Según el diario 'Financial Times Deutschland', Siemens está siendo investigada por la Fiscalía de Nuremberg por presuntos sobornos a funcionarios del régimen de Sadam Husein. "La oficina de fiscal está investigando si Siemens infringió la regulación acerca del comercio internacional", aseguró un portavoz al diario.

Esta fuente explicó que las autoridades investigan irregularidades "por una suma de seis cifras en euros", que podría haber sido pagada de forma ilícita a funcionarios iraquíes a cambio de contratos en el país. La investigación comenzó en noviembre.

La Fiscalía de Nuremberg centra sus investigaciones en tres divisiones de Siemens, que son Soluciones Médicas, Generación de Energía y Transmisión y Distribución de Energía.

Este escándalo se suma al que afecta a la división de comunicaciones de Siemens, Siemens Com. La Fiscalía de Munich estudia un caso de corrupción en esta unidad desde mediados de noviembre y mantiene abiertas investigaciones sobre 12 trabajadores de Siemens que podrían haber hecho un desfalco de 200 millones de euros, mediante el desvío de dinero a empresas y bancos de países como Austria y Suiza, para emplearlos después para sobornos a posibles clientes.

Según la prensa alemana, la utilización de cuentas secretas para el desfalco de dinero y el pago de sobornos se produjo bajo la dirección del actual presidente de la compañía, Klaus Kleinfeld, en funciones desde enero de 2005.

PROGRAMA 'PETRÓLEO POR ALIMENTOS'.

El Programa 'Petróleo por Alimentos', promovido por la ONU, estaba valorado en unos 60.000 millones de dólares (45.800 millones de euros) y tenía como fin permitir a Irak la compra de alimentos y otros productos de primera necesidad a cambio de la venta controlada de crudo. De esta forma, el país respondía a las necesidades de sus ciudadanos y no vulneraba las limitaciones impuestras tras la invasión de Kuwait en 1990.

El programa concluyó en 2003 con la invasión del país por Estados Unidos, pero el escándalo no se conoció hasta comienzos de 2004, cuando se divulgó una lista de 270 directivos de empresas, funcionarios de la ONU y responsables políticos que recibieron ingresos ilícitos a través del intercambio de petróleo por alimentos.

Tras conocerse la existencia de cientos de personas implicadas en el escándalo, el Senado estadounidense acusó a Sadam Husein de haber ingresado 17.300 millones de dólares (13.200 millones de euros) a través de este fraude, de los que 4.400 millones de dólares (3.350 millones de euros) se lograron a través de compañías.

La ONU quedó dañada por el escándalo, no sólo por ser la creadora del programa, sino también porque algunos de sus funcionarios estuvieron implicados en el mismo. Incluso, el hijo del secretario general de la organización supranacional, Kojo Annan, fue investigado por recibir pagos de una compañía con sede en Suiza.