MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de 350.000 personas se han visto desplazadas de la región paquistaní de Waziristán del Norte en la última semana a causa de la ofensiva lanzada por el Ejército en el marco de su llamada lucha antiterrorista contra el grupo insurgente Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), conocido como los talibán paquistaníes, según fuentes gubernamentales.
La población civil intenta salir de la región en autobuses y taxis con el objetivo de llegar a la localidad de Bannu, donde se se encuentra el único campamento que han establecido las autoridades para hacer frente al flujo de desplazados internos.
Entre los civiles que huyen hay decenas de miles de niños, muchos de los cuales no han sido vacunados contra enfermedades altamente contagiosas como la poliomelitis a causa de la prohibición de los talibán paquistaníes a las campañas de vacunación, según ha alertado la cadena de televisión británica BBC.
Muchos de los refugiados han expresado su enfado con el Ejército por su ofensiva, que ha alcanzado múltiples viviendas civiles, y han asegurado no tener fe en que el Gobierno central vaya a ayudarles a superar la situación.
La semana pasada, el primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, prometió que dicha operación continuará hasta eliminar a todos los terroristas del país. En un discurso ante la Asamblea Nacional, justificó la decisión de lanzar la operación, después de que la vía de las conversaciones de paz propugnada por el Gobierno no haya prosperado tras cuatro meses y medio de diálogo.
La medida ha sido bienvenida por los principales partidos políticos del país, incluidos el Partido del Pueblo Paquistaní (PPP), el Movimiento Muttahida Qaumi (MQM) y Pakistan Tehreek-i-Insaf (PTI).
En respuesta, el TTP anunció que se encuentra "en estado de guerra", al tiempo que amenazó con lanzar ataques como venganza. "Estamos en estado de guerra. Hacemos a Sharif responsable de las pérdidas en las actuales operaciones", dijo el portavoz del grupo, Shahidulá Shahid, a través de un comunicado.
"Queremos dejar claro a los líderes paquistaníes que sentirán el impacto de la operación que han impuesto a los residentes de la región tribal", afirmó, antes de subrayar que el Gobierno "ha destruido los intentos por la paz" al lanzar dicha operación "en nombre de sus maestros de Occidente".
Así, Shahid indicó que "cualquier institución o instalación gubernamental puede ser objetivo de los 'muyahidines'", y advirtió a los inversores extranjeros, compañías aéreas y multinacionales "que suspendan sus negocios con Pakistán y se preparan para abandonar el país".
"En caso contrario, serán responsables de cualquier daño que se les inflija", aseguró, argumentando que "su dinero está siendo utilizado contra los residentes de las regiones tribales, y eso es algo que el TTP no perdonará".
