Arizona ejecuta a un hombre mediante inyección letal

Actualizado: miércoles, 27 octubre 2010 11:12


PHOENIX, 27 Oct. (Reuters/EP) -

Jeffrey Landrigan, convicto de asesinato, fue ejecutado esta pasada noche en Arizona mediante una inyección letal. El caso había generado una gran polémica en Estados Unidos y en Reino Unido --un país opuesto a la pena de muerte-- debido a que una de las drogas utilizadas en la ejecución había sido suministrada por una empresa británica.

Landrigan, declarado culpable de la muerte de Chester Dean Dyer en 1989, falleció a las 22:26 locales del martes (07:26 del miércoles en España) en una prisión del Estado de Florence, al sureste de Phoenix, según informó un portavoz del Departamento Correccional de Arizona.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos había dado luz libre a la ejecución, que en principio estaba prevista para el martes por la noche. Previamente, un juez federal había ordenado un aplazamiento y había solicitado información sobre el origen de la dosis de sodio thiopental, que se utiliza para hacer perder la conciencia al condenado.

Arizona no dispone de este producto. El fiscal general del Estado, Terry Goddard, reconoció el lunes que había sido importado de Reino Unido, aunque se negó a precisar el nombre del suministrador. Las leyes británicas prohíben la pena de muerte y la última ejecución en Reino Unido se produjo en 1964.

Un columnista del diario británico 'The Guardian' había planteado si no se tratará de un delito el hecho de que una empresa de su país suministre un producto que se utiliza en ejecuciones. El anestésico sodio thiopental es la primera de la secuencia de drogas que se administran en las inyecciones letales, que paralizan el cerebro y detienen el corazón.

Los abogados de Landrigan habían argumentado que el producto incumplía las normas de Estados Unidos, precisamente por haber sido obtenido en el exterior, y podía causar daños y sufrimientos incompatibles con la Constitución norteamericana.

Landrigan, de 50 años, fue condenado a muerte en 1990 por estrangular a Dyer, cuyo cadáver fue localizado por un compañero de trabajo el 15 de diciembre de 1989 después de que hubiera faltado a su puesto. Se trata del vigesimocuarto preso ejecutado en Arizona desde la reimplantación de la pena de muerte en 1992. En la actualidad hay 132 presos en el corredor de la muerte en Arizona.

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