Hariri es nombrado primer ministro encargado un año después de dimitir entre protestas contra su Gobierno

El ex primer ministro de Líbano Saad Hariri
El ex primer ministro de Líbano Saad Hariri - Hassan Ebrahim/Lebanese Parliame / DPA
Actualizado: jueves, 22 octubre 2020 14:11


Hariri promete un Gobierno "de especialistas que no pertenezcan a ningún partido"

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Saad Hariri ha sido nombrado este jueves como primer ministro encargado de formar Gobierno en Líbano, cerca de un año después de su dimisión de este mismos cargo en medio de una oleada de movilizaciones a nivel nacional a causa de la crisis económica.

El líder del partido Al Mustaqbal ha recibido los apoyos de 65 de los 118 diputados en el marco del proceso de consultas parlamentarias vinculantes que han tenido lugar en el Palacio de Baabda, un proceso encabezado por el presidente de Líbano, Michel Aoun.

Minutos después, ha vuelto a ser recibido por el presidente, quien le ha trasladado oficialmente el encargo de formar Ejecutivo. Después del encuentro, ha prometido que formará "un Gobierno de especialistas que no pertenezcan a ningún partido" y "aplicará los artículos de la iniciativa francesa".

El primer ministro designado ha hecho referencia así a la iniciativa impulsada por el presidente francés, Emmanuel Macron, tras las explosiones del 4 de agosto en el puerto de Beirut. El mandatario ha realizado dos viajes oficiales al país y ha lanzado diversos mensajes para presionar a los políticos libaneses a poner en marcha esta iniciativa.

"Me dirijo a los libaneses que sufren unas dificultades hasta el punto de la desesperación para decir que estoy decidido a ceñirme a la promesa que hice de trabajar para detener el colapso que amenaza a nuestra economía, nuestra sociedad y nuestra seguridad", ha señalado, según ha informado la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.

Asimismo, ha prometido "trabajar para formar rápidamente un Gobierno, dado que el tiempo se acaba" y trabajar "para reconstruir lo que fue destruido por la terrible explosión en el puerto de Beirut". "La oportunidad ante la que está nuestro querido país es la única y la última", ha remachado.

Hariri ha recibido el apoyo de los bloques parlamentarios Al Mustaqbal, AMAL --encabezado por el presidente del Parlamento, Nabih Berri--, Reencuentro Democrático, Marada, Centro Independiente y el bloque de diputados armenios. Asimismo, ha recibido el respaldo del ex primer ministro Tamam Salam, el vicepresidente del Parlamento, Elie Ferzli, y varios independientes.

Por su parte, los bloques de Fuerzas Libanesas y Hezbolá, que cuentan con catorce y doce parlamentarios, respectivamente, no han nominado a ningún candidato, según ha informado el diario 'L'Orient le Jour'.

El líder de Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, ya anunció que no respaldaría a Hariri argumentando que "no quiere participar en ninguna iniciativa conjunta con el trío en el poder", en referencia al Movimiento Patriótico Libre (FPM) de Aoun, AMAL y el partido-milicia chií Hezbolá.

Mohamad Raad, jefe del bloque parlamentario de Hezbolá, Lealtad a la Resistencia, ha afirmado que han decidido abstenerse en el proceso con la esperanza de que ello "contribuya a preservar un clima positivo y lograr una entente nacional", lo que ha descrito como "algo obligado para preservar el país".

La Constitución libanesa contempla que el presidente debe encabezar un proceso de consultas parlamentarias de cara al nombramiento del primer ministro. Aoun, cuyo bloque no ve con buenos ojos la nominación de Hariri, destacó el miércoles que "seguirá asumiendo sus responsabilidades" en el proceso.

Las consultas llegan además un día después de que Beirut fuera escenario de manifestaciones por parte de detractores y seguidores de Hariri. Estos últimos incendiaron posteriormente el icónico 'Puño de la revolución' en la plaza de los Mártires, símbolo de las manifestaciones que arrancaron en 2019 y provocaron finalmente su dimisión.

EL RETORNO DE HARIRI AL CARGO

De esta forma, Hariri encabezará un proceso de contactos de cara a la formación de un Gobierno que aún tendrá que recibir la aprobación del Parlamento, algo que no logró su predecesor, Mustafá Adib, quien dimitió el 26 de septiembre tras no lograr un acuerdo para la composición del Ejecutivo.

El nuevo primer ministro encargado, un empresario de 50 años, llegó a la primera línea de la política libanesa tras el asesinato de su padre Rafik Hariri, también ex primer ministro, en un atentado con coche bomba ejecutado en 2005 en Beirut.

Hariri, quien, al igual que su padre, cuenta con un importante apoyo en la comunidad suní del país y de parte de Arabia Saudí y Francia, ha abogado durante sus distintos mandatos por la puesta en marcha de reformas, si bien su imagen se ha visto dañada por la falta de avances, también en el frente económico.

Su primer mandato tuvo lugar entre 2009 y 2011, un mandato que inició tras lograr formar Gobierno en su segundo intento y que concluyó con el colapso del Ejecutivo tras la retirada de Hezbolá y sus aliados por las tensiones en torno a las investigaciones sobre el asesinato de Rafik Hariri.

Tras ello, siguió como líder de Al Mustaqbal hasta que fue nuevamente designado en 2016 por Aoun como primer ministro, tras un largo estancamiento en el país en torno al nombramiento del presidente, un proceso de cerca de dos años que reflejó el bloqueo del sistema político libanés.

El político, que asumió el cargo en diciembre de ese año, anunció por sorpresa su dimisión en noviembre de 2017 durante una visita oficial a Arabia Saudí, acusando a Hezbolá de desestabilizar la región y en medio de las informaciones de que las autoridades saudíes le mantenían retenido para forzar que abandonara el Gobierno.

Hariri, que alegó que temía por su vida y criticó a Hezbolá y a Irán, siempre ha negado que estuviese retenido o que se hubiese visto presionado. Arabia Saudí ha sido muy crítico con Hezbolá por su papel en Siria y el respaldo que recibe de Irán, país con el que se disputa la preponderancia en la región.

Sin embargo, una catarata de intervenciones internacionales derivaron en la salida de Hariri de Arabia Saudí y su regreso un mes después a Líbano, donde, tras reunirse con el presidente, aceptó seguir como primer ministro, cargo que ocupó oficialmente hasta enero de 2020.

Hariri había anunciado su decisión el 29 de octubre de 2019 en medio de una oleada de movilizaciones contra el Ejecutivo, que habían estallado meses antes --si bien de menor calado-- a causa de una plétora de crisis y ante las denuncias de los manifestantes sobre la corrupción y la sectarización del sistema político.

La dimisión de Hariri desencadenó un nuevo proceso de consultas que se saldó con un acuerdo en enero de 2020 para el nombramiento de Hasán Diab como primer ministro al frente de un Gobierno de amplia base. Sin embargo, las explosiones en el puerto de Beirut, que dejaron más de 200 muertos, provocaron su caída.

EL NUEVO PROCESO DE ELECCIÓN

El proceso de elección de un nuevo primer ministro encargado arrancó tras la dimisión de Adib --quien continúa en funciones-- ante el estancamiento de las conversaciones y la incapacidad para lograr un acuerdo, en medio de una grave crisis política y social tras las explosiones.

Hezbolá y AMAL fueron acusados del fracaso de las conversaciones por su rechazo a la propuesta sobre una rotación entre los grupos religiosos del país en las conocidas como 'carteras soberanas', es decir, Exteriores, Interior, Defensa y Finanzas.

Las explosiones en Beirut tuvieron lugar en un momento en el que Líbano atraviesa una grave crisis económica --la peor desde la guerra civil (1975-1990)--. El próximo Gobierno libanés tendrá que impulsar el proceso de aplicar una serie de reformas reclamadas por la población y la comunidad internacional, que ha condicionado la entrega de apoyo financiero a la puesta en marcha de un paquete de medidas a nivel económico, político y social.

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