La Asociación Nacional del Rifle de EEUU se resquebraja desde el interior por el ascenso de su sector más radical

Adam Kraut, fundamentalista de la NRA en Dallas
REUTERS / LUCAS JACKSON
Actualizado: domingo, 5 agosto 2018 11:50

NUEVA YORK, 5 Ago. (Reuters/EP) -

La Asociación Nacional del Rifle, el principal 'lobby' civil por la libertad de la posesión de las armas de fuego en Estados Unidos, atraviesa una triple crisis económica, publicitaria e ideológica, esta última motivada por el ascenso de su sector más radical, los llamados "gundamentalists" (fundamentalistas de las armas), que ni siquiera consideran a la propia organización como un portavoz legítimo para defender sus intereses.

Masacres en colegios, institutos o universidades --Sandy Hook, Newtown, Virigina Tech o la más reciente en el Stoneman Douglas-- han puesto a la NRA a la defensiva en el terreno de la comunicación, un problema de imagen que la asociación intentó contrarrestar con la asistencia de su portavoz, Dana Loesch, a debates televisados con las familias de las víctimas y defensores del grupo, como el senador Marco Rubio.

Estos debates acabaron demostrando la verdadera realidad del grupo, una que ha alejado a su elemento más moderado: el que aboga por el control de la posesión y venta de las armas de fuego. La NRA se ha convertido en un organismo cuya misión es la de incrementar en la medida de lo posible las ventajas para su obtención.

A ello se suma su posible implicación en la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses, dados sus contactos con la presunta agente rusa, ahora detenida, Maria Butina. Combinada con la presión popular, la NRA denuncia ahora que ha estado sujeta a una "campaña negra" que ha infligido "decenas de millones de dólares en daños y perjuicios".

En una queja presentada en un tribunal de distrito de Estados Unidos a finales del mes pasado, la NRA llegó a asegurar que ya no puede acceder a servicios financieros esenciales para sus operaciones y enfrenta "pérdidas irrecuperables y daños irreparables".

ASCENSO FUNDAMENTALISTA

A ello se suma el ascenso de estos "gundamentalists", como el centenar de ellos que marchó en mayo por las calles de Dallas, escenario de la última convención de la asociación, bajo el lema "NRA = No son activistas de verdad". En una de las pruebas más evidentes de su crecimiento, uno de sus máximos representantes, el abogado Adam Kraut, se quedó este año a solo 4.000 votos de los necesarios para llegar a la junta de gobierno de la asociación.

Este crecimiento ha sacudido a los líderes de la NRA y amenaza la capacidad de la asociación de aferrarse a partidarios moderados y hacer concesiones que podrían ayudar a evitar medidas más estrictas de control de armas.

La NRA se ha enfrentado a divisiones antes. Una revuelta interna en la reunión de 1977 en Cincinnati convirtió a la organización --en sus inicios con fines exclusivamente deportivos--- en un grupo de presión política que hoy cuenta con cinco millones de miembros y está estrechamente alineada con el Partido Republicano hasta el punto de gastarse en 2016 unos 30 millones de dólares para apoyar la campaña presidencial de Donald Trump.

La dirección de la NRA se ha visto obligada a obstaculizar el ascenso de fundamentalistas como Kraut con la modificación de sus propios estatutos a través de su gran figura institucional, su veterana ex presidenta Marion Hammer. "Una vez más, la NRA está siendo amenazada por el enemigo", declaró Hammer en una columna de opinión en el medio 'Ammoland'. "Es hora de despertar y detenerlo antes de que comience".

EL SECTOR MÁS RADICAL

Los manifestantes de Dallas, casi todos hombres blancos, incluían a autoproclamados "especialistas en supervivencia" y "libertarianos". Kraut, entre ellos, desea expandir todavía más los derechos para los propietarios de las armas de fuego.

"Algunos miembros sienten que (la NRA) no va lo suficientemente lejos como para defender lo que creemos que es el núcleo de la Segunda Enmienda", ha explicado a Reuters sobre la cláusula constitucional que se refiere a la posesión de las armas.

Estos partidarios de la línea dura aprecian profundamente su derecho bajo la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de conservar y portar armas. Se oponen a cualquier forma de control de armas, diciendo que los delincuentes encontrarán formas de evitar las leyes, que solo despojan a los propietarios legales de armas del derecho a la autodefensa y la protección contra la tiranía del estado.

Los puristas de los derechos de armas están indignados por las concesiones que la NRA está planificando a raíz de los tiroteos masivos, incluso si están hechos para evitar leyes de control de armas más estrictas. Por ejemplo, después de que un tirador matara a 58 personas en un concierto de música country en Las Vegas el año pasado, la NRA apoyó la regulación federal de accesorios que permiten los disparos rápidos en armas no automáticas.

"Para nosotros, algunas de las cosas que salen de la NRA son indignantes y aborrecibles", añade por su parte John Knox, un partidario de Kraut cuyo padre, Neal Knox, dirigió la 'Revuelta en Cincinnati' de 1977. "Es: madre mía, ¿en qué están pensando estos tipos?".

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