Aún es pronto para dar por controlada la epidemia de ébola en RDC

Formación a personal por el brote de ébola en RDC
KARIN HUSTER/MSF 
Actualizado: sábado, 22 septiembre 2018 11:36

MSF expresa su preocupación por las complicaciones para seguir a los contactos de los enfermos, lo que podría propagar el virus Subraya que aunque el número de casos parece estarse ralentizando hay que seguir alerta

MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

Con casi 100 muertos y 147 casos, de los que 116 han sido confirmados, el brote de ébola que se declaró el pasado 1 de agosto en el este de República Democrática del Congo (RDC) está lejos de estar controlado del todo, como lo demuestra la confirmación este viernes de un caso en una localidad a orillas del lago Alberto, en la frontera con Uganda, país hasta ahora libre del mortífero virus.

Según ha informado el Ministerio de Salud congoleño, la víctima confirmada por ébola en Tshomia, a 50 kilómetros de Bunia, en la provincia de Ituri, es una mujer que se sabía que había estado en contacto con un caso confirmado en la ciudad de Beni.

Al parecer, la mujer se habría contagiado durante el entierro sin las pertinentes medidas de seguridad de una mujer con ébola. Tanto ella como otros familiares de la víctima, ha explicado el Ministerio, "rechazaron toda colaboración con los equipos sanitarios, lo que generó numerosos casos confirmados y muertes en esta misma familia".

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"Cuando comenzaron a presentar los síntomas, se escondieron o huyeron hacia otras zonas sanitarias como Mabalako, Masereka, Butembo y Tshomia", ha indicado el Ministerio en su último comunicado sobre el brote, subrayando que "todos los primeros casos confirmados en estas zonas son contactos directos del caso en el barrio de Ndindi en Beni".

La falta de seguimiento de los contactos de los casos confirmados de ébola es una de las principales preocupaciones de Médicos Sin Fronteras (MSF) a la hora de poder acabar con este brote, el décimo que experimenta RDC en su historia desde que se detectó por primera vez el virus en este país en 1976.

CONTACTOS SIN CONTROLAR

"El porcentaje de contactos que están en seguimiento algunos días es inferior al 80 por ciento", explica a Europa Press Miriam Alía, responsable de vacunación y respuesta a emergencias de MSF y que acaba de regresar del país africano. Esto significa que "algunas personas a las que se debería ver dos veces al día para comprobar que están bien" no se les puede hacer seguimiento, en algunos casos porque se niegan a ello, añade.

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La presencia de estos contactos sin controlar en nuevas zonas puede provocar la aparición de otros focos, como sería ahora el caso en Tshomia, donde el Ministerio de Salud ya ha enviado a un equipo para intentar controlar la situación cuanto antes.

Según Alía, es fundamental que los centros de salud estén preparados para detectar lo más rápido posible los casos sospechosos de ébola y aislar de forma inmediata a los pacientes, algo que no ha ocurrido en esta epidemia en algunas ocasiones.

Así, indica, el primer caso hallado en la ciudad de Butembo, de casi un millón de habitantes, era un contacto conocido de un caso en Beni que estuvo durante seis días en un centro de salud sin ser diagnosticado, lo que ha generado un total de 200 contactos, incluidos personal sanitario y otros pacientes.

DESCONFIANZA DE LA POBLACIÓN

Según reconoce, en este brote de ébola "ha costado más que otras veces" concienciar a la población sobre la peligrosidad del virus y la importancia de recibir atención y seguir una serie de pautas para evitar contagios "y todavía nos encontramos con resistencia en algunas comunidades".

Alía cree que pese a que el RDC ya están acostumbrados a lidiar con el ébola de brotes anteriores, en este ocasión se trata de "una población traumatizada por la violencia" ya que en las provincias de Kivu Norte, donde comenzó el brote, y en Ituri hay abierto un conflicto armado desde hace casi 20 años.

"Crear confianza en personas que están tan traumatizadas por la violencia lleva más tiempo", insiste, dejando claro que MSF en ningún caso puede "imponer su servicio" sino que tienen que ser las propias comunidades las que sean conscientes de la necesidad del mismo.

La responsable de MSF reconoce que en todas las epidemias suelen circular rumores e informaciones falsas sobre el ébola, como que en los centros de tratamiento se mata a los pacientes, pero subraya que "en los primeros momentos del brote la mortalidad fue muy alta porque los pacientes llegaban demasiado tarde".

"El tener pacientes que se curan y que vuelven a las comunidades facilita que haya una mayor aceptación porque se ve que no todos los que acuden a los centros de tratamiento mueren", resalta Alía. Según los últimos datos del Ministerio de Salud, un total de 39 pacientes han superado el virus en este brote.

CELEBRAR LOS PACIENTES CURADOS

MSF intenta en la medida de lo posible que las personas curadas le ayuden a concienciar a las comunidades y a facilitar el acceso de su personal a las mismas. Además, con las ceremonias de baile con las que se suele celebrar la recuperación de un paciente también se busca "demostrar que ya no supone un peligro", señala.

"Cada persona que sale representa el esfuerzo de muchas personas y también la propia lucha personal del paciente contra el virus", por lo que es algo para celebrar, defiende Alía, que explica que durante todo el tratamiento no se puede tocar en ningún momento al paciente y que el personal tiene protocolos estrictos de no saludarse y evitar todo contacto físico para que no haya contagios.

Otro motivo de preocupación es la inseguridad, que impide que se pueda acceder a algunas zonas y "tener información de primera mano" sobre la situación allí, habida cuenta de que son zonas en contacto con otras en las que ya hay casos confirmados.

El que haya varios focos a la vez en lugares dispersos supone una dificultad añadida a la hora de intentar contener la epidemia, ya que "hay que emplear muchos recursos para dar una solución local", lo que implica montar centros de atención, ya que no se puede enviar a los ya existentes. Además, los enfermos quieren estar lo más cerca posible de sus casas, para que sus familiares puedan visitarles, añade.

Actualmente, MSF tiene dos centros de tratamiento contra el ébola, uno en Mangina, donde comenzó este brote, y otro en Butembo, además cuenta con equipos de seguimiento de alertas en algunas ciudades ante la posibilidad de que surjan nuevos casos. La ONG también está participando en la campaña de vacunación.

LA VACUNACIÓN PREVENTIVA PARECE ESTAR FUNCIONANDO

Según Alía, el uso de la vacuna preventiva, que ya se empleó en la epidemia en Guinea y en el brote en la región congoleña de Equateur de este año, está aún en fase de experimentación y esta aún no ha sido aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hasta el momento casi 11.000 personas han sido vacunadas, principalmente trabajadores sanitarios y personal de primera línea y contactos de los enfermos. "Lo que vemos por ahora es que la vacuna es segura y quienes se han vacunado de forma preventiva o muy pronto en el periodo de incubación no se han puesto enfermas", resalta la responsable de MSF.

"Hay datos esperanzadores de que están bajando los casos, aunque tenemos que mantenernos alerta porque hay zonas que no controlamos", advierte Alía, que ha estado ya en ocho epidemias de ébola y tiene una amplia experiencia. "Ojalá sea el principio del fin pero no se puede bajar la guardia aún", remacha.