JERUSALÉN, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Comité Municipal del Ayuntamiento de Jerusalén aprobó este domingo el proyecto para la construcción de más de un centenar de viviendas israelíes en Jerusalén Este, que a largo plazo podría terminar convirtiéndose en el núcleo poblacional israelí más numeroso de toda la zona, en una decisión que choca directamente con la petición internacional a Tel Aviv para congelar la construcción de asentamientos en territorio ocupado y que ha provocado la rotunda queja de una ONG local, que advierte de que esta iniciativa podría terminar "incendiando Jerusalén entera".
Así, el nuevo complejo de edificios Maaleh David, de entre cinco y seis plantas de altura, comprenderá 104 viviendas de lujo que se conectará, a través de un puente, con el asentamiento judío de Maahleh Zeitim, donde viven actualmente 51 familias israelíes y que a su vez está en fase de ampliación para construir 66 viviendas adicionales.
De llevarse a cabo estos planes en su totalidad, ambos asentamientos sumarán una población total de más de un millar de israelíes que vivirán en el corazón del distrito jerusalemita de Ras Al Mud, rodeados por 14.000 palestinos.
De acuerdo con los planes el nuevo asentamiento incluirá, además de las viviendas, otras instalaciones de carácter exclusivo como un "mini club de campo" y una piscina, así como una librería, espacios de aparcamiento, una sinagoga y varias guarderías.
Sobre la viabilidad de este plan a largo plazo, fuentes del Ayuntamiento consultadas por el diario 'Haaretz' indican que estos planes podrían ser alterados durante el proceso de construcción, pero dado que no existe disputa sobre la propiedad de los terrenos, según la ley israelí, existen pocas dudas de que esta iniciativa no pueda llevarse a cabo. Estas mismas fuentes sospechan que detrás de este proyecto se encuentran varias organizaciones de colonos israelíes.
"PELIGRO DE HEBRONIZACIÓN"
La aprobación de estos planes coincide con la reticencia demostrada por el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu frente a las constantes peticiones de la comunidad internacional, abanderadas por Estados Unidos y su presidente, Barack Obama, para que Israel detenga la construcción de nuevos asentamientos en territorios ocupados por Israel tras la guerra de 1967 y de los que Jerusalén Este es parte integrante.
Precisamente esta semana, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Óscar Fernández-Taranco, reiteraba su llamamiento a Israel para que acate el derecho internacional y cese las acciones provocadoras en Jerusalén Este, como los desalojos de familias palestinas y la demolición de sus viviendas para facilitar el plan de paz para Oriente Próximo.
"Instamos al Gobierno de Israel a que haga caso al llamamiento del Cuarteto de Paz para Oriente Próximo, cumpla las obligaciones establecidas en la Hoja de Ruta, congele todas las actividades de asentamientos y desmantele aquellos puestos de avanzada construidos desde marzo de 2001", declaró.
El Gobierno israelí afirma que la construcción de estas viviendas viene dada por el "crecimiento natural" de su población. No obstante, Tel Aviv todavía no ha iniciado nuevos proyectos de viviendas en asentamientos judíos de Cisjordania en un intento de acercar posturas con Washington, aunque todavía prosigue con la construcción de varias colonias en la región.
Para la directora ejecutiva de la ONG Ir Amin, encargada de controlar el desarrollo de los asentamientos israelíes en Jerusalén Este, el plan aprobado por el comité municipal de la ciudad es enormemente preocupante. "El progreso de este plan va a incendiar Jerusalén entera y lo más probable que desemboque en una Hebronización de la ciudad", afirmó en referencia a los asentamientos israelíes que existen el centro histórico de Hebrón (Cisjordania).
Según Oppenheimer, la solución para el plan de paz de desarrollar la convivencia entre un estado israelí y otro palestino podría verse "desarticulada" debido a la "escala" a la que se está planteando esta iniciativa.
