Las autoridades de Nigeria buscan a las familias de las más de 400 personas rescatadas en la ciudad de Kaduna

Imagen de una persona encadenada tras ser rescatada por la Policía en un edificio de la ciudad de Kaduna (Nigeria)
Imagen de una persona encadenada tras ser rescatada por la Policía en un edificio de la ciudad de Kaduna (Nigeria) - REUTERS / REUTERS TV
Publicado: domingo, 29 septiembre 2019 0:47

KADUNA, 29 Sep. (Reuters/EP) -

Las autoridades de Nigeria buscan a las familias de las más de 400 personas, en su mayoría niños, liberados en un edificio en la ciudad de Kaduna, en el norte de Nigeria, donde algunos habían sido encadenados, torturados y abusados sexualmente.

La Policía liberó durante una redada el pasado jueves a 400 varones de entre 6 y 50 años de edad. Algunos estaban encadenados a radiadores o neumáticos, mientras que otros presentaban signos visibles de cicatrices de golpes y torturas. Al menos 10 niños fueron hospitalizados y algunos de los adultos continúan en estado crítico.

La Policía instaló un campamento improvisado para el resto de las personas rescatadas en las afueras de la ciudad. En uno de los edificios del campamento, los niños hacían cola para apuntar sus nombres en una lista.

Mientras tanto, decenas de padres, acudieron a estas instalaciones para recoger a sus hijos. Algunos habían pagado la matrícula a los hombres que dirigían la casa creyendo que era una escuela islámica, mientras que otros la veían como una institución penitenciaria.

El portavoz de la Policía estatal de Kaduna, Yakubu Sabo, ha afirmado que el "trato deshumanizado" que descubrieron hizo imposible considerar la casa como una escuela islámica. Los medios de comunicación locales informaron de que algunos de los niños habían sido torturados e incluso habían sufrido abusos sexuales.

La Policía realizó una redada en el lugar después de que a un familiar se le negase el acceso. Al menos siete personas --supuestamente profesores-- han sido detenidos. Las autoridades se han puesto en contacto con las familias de las personas liberadas. A pesar de haber sufrido abusos sexuales, algunas de las personas rescatadas se han mostrado reacias a regresar a sus hogares con sus familiares.

HERIDAS ABIERTAS

Sani Shuaibu, de 19 años, ha explicado que estaba "feliz pero hambriento" mientras comía un plato de espaguetis después de haber sido recogido del campamento por su hermana mayor y su madre. Pasó tres meses en el edificio al que había sido enviado para modificar su comportamiento.

Por otra parte, Auwalu Sanni, el padre de un niño de siete años, ha afirmado sentirse feliz por ver a su hijo, aunque "triste por como lo han tratado". Momentos antes el niño sonreía al reencontrarse con su padre, aunque su expresión cambió al enseñarle sus heridas en el brazo y las piernas que, según ha explicado, eran el resultado de haber sido golpeado con una tabla de madera.

Mohammed Sani Abu Shaban, padre de 13 hijos de Nasarawa, un barrio de Kaduna, envió a dos de sus hijos, de 16 y 25 años, a la escuela durante más de tres años. Pagó 34.000 nairas (unos 100 euros) por trimestre y ha señalado que había ayudado a sus hijos. "Ahora que han sido liberados, puede que recaigan en su actitud negativa de fugarse de la escuela", ha agregado.

Aún así ha destacado que visitaba regularmente a sus hijos y que nunca vio señales de maltrato. "El cierre de esta institución es preocupante para aquellos que tenemos hijos rebeldes", ha aseverado.

Las escuelas islámicas, conocidas como Almajiris, son comunes en el norte de Nigeria. La pobreza generalizada incita a muchos padres a dejar a sus hijos en estas instituciones. Sin embargo, algunas de ellas han sido denunciadas por obligar a algunos niños a mendigar en las calles en vez de ofrecerles una educación.

"Para detener las costumbres y prácticas culturales no deseadas como el abuso de niños, nuestras autoridades religiosas y tradicionales deben trabajar con el Gobierno federal, estatal y local para exponer y detener todo tipo de violencia", ha precisado una declaración emitida por la oficina del presidente, Muhamadu Buhari.

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