NUEVA YORK, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha condenado este domingo la escalada de violencia registrada en Tailandia y los últimos ataques ejecutados contra manifestantes antigubernamentales, que se han saldado con tres muertos y más de 60 heridos.
Ban ha hecho un llamamiento en favor del fin de la violencia y ha solicitado a las autoridades que lleven a los responsables ante la justicia. Así, ha pedido a ambas partes que "respeten los Derechos Humanos y el estado de derecho, eviten nuevos ataques y entablen un diálogo sincero con el objetivo de poner fin a la crisis y avanzar en la reforma".
Una niña de cinco años perdió la vida y 41 personas resultaron heridas este sábado por la noche en un ataque contra una manifestación convocada por la oposición en la provincia de Trat.
Otras dos personas murieron, una de ellas un niño, y al menos 24 resultaron heridas hoy en el centro de la capital de Tailandia, Bangkok, por la explosión de una bomba en un campamento de manifestantes también contrarios al Gobierno de la primera ministra, Yingluck Shinawatra.
La propia Yingluck ha condenado durante la jornada los ataques y ha recalcado que "estos incidentes no son más que actos de terrorismo con intención de obtener un rédito político despreciando la vida humana".
"Quiero pedir a todas las partes implicadas que hagan uso de medios pacíficos para resolver el conflicto que nos ocupa", ha añadido la primera ministra a través de un comunicado.
Tailandia lleva sumida en una crisis política desde noviembre de 2013, cuando comenzaron las protestas en contra del Gobierno por promover una ley de amnistía que hubiera permitido el regreso al país de Thaksin Shinawatra, hermano de Yingluck que fue derrocado por un golpe de Estado militar en 2006 y condenado por corrupción dos años después.
La primera ministra, que lidera un Gobierno con capacidades reducidas al estar en funciones por las elecciones del pasado 2 de febrero, aseguró la semana pasada que la única forma de seguir adelante es con unas elecciones parciales en los lugares en los que no se pudo votar por el boicot de la oposición.
