Bélgica.- Bélgica estudia cablear los patios de sus cárceles para evitar fugas en helicóptero

Actualizado: lunes, 16 abril 2007 21:41

Un reo reclamado por España se escapa de una prisión cercana a Lieja

BRUSELAS, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -

Las autoridades penitenciarias belgas estudian seriamente la instalación de una techumbre de cables en los patios de las prisiones del país con la intención de evitar fugas como la protagonizada por un recluso de 33 años, de nacionalidad francesa y reclamado por la justicia española llamado Erik Ferdinad, que se escapó el pasado domingo de la cárcel de Lantin, cerca de la localidad de Lieja, a bordo de un helicóptero con la ayuda de un par de cómplices.

Esta técnica más bien cinematográfica para huir de un centro penitenciario no se había dado hasta la fecha en Bélgica, según relatan hoy los medios locales, pero sí en la vecina Francia. "Es, al parecer, una especialidad francesa", dice el diario 'La Libre Belgique'. De ahí que el director de la prisión que ahora se encuentra en el punto de mira de la Administración belga, Francis Dejonc, no vea más solución que la de imitar la experiencia gala y sembrar de cables los espacios abiertos de las cárceles.

"En Bélgica no habíamos tenido este tipo de casos, pero en Francia ya ha ocurrido varias veces y desde entonces las prisiones francesas están equipadas con hilos o cuerdas de protección sobre los patios y atrios para impedir que se posen los helicópteros. Pienso, por lo tanto, que la administración penitenciaria debería orientarse en este sentido, porque es esperable que el éxito de esta evasión tenga un efecto llamada", alerta Dejonc.

También se confiesa el director de la cárcel de Lantin "impresionado" por la destreza del piloto. "Naturalmente conozco muy bien la prisión y, si me hubieran dicho que un helicóptero intentaría fugarse con alguien, el último sitio que yo habría vigilado sería el lugar donde se produjo la evasión, porque jamás me hubiera imaginado que un helicóptero se pudiera posar en un lugar tan pequeño. Es casi una proeza", admite.

La audacia de la evasión del domingo, con un piloto obligado a posar el aparato en una superficie de 600 metros cuadrados y ante una fachada de cinco metros de alto, ha dejado a los guardianes boquiabiertos, porque es un riesgo claramente difícil de prever.

Los hechos se iniciaron cuando dos hombres, que habían reservado dos plazas para montar por primera vez a bordo de un helicóptero, se presentaron poco antres de las tres de la tarde en un aeropuerto cercano a Lieja. Una vez en el interior del aparato secuestraron al piloto y al instructor amenazándoles con granadas de mano para obligarles a dirigirse a la cárcel de Lantin.

"Uno de los individuos me encañonó con la pistola en la sien y el otro me enseñó una granada. Decían que no tenían nada que perder", relató el piloto a la televisión belga RTBF. Cuando sobrevolaban ya el centro penitenciario, uno de los malhechores lanzó botes de humo al patio en el que paseaban algunos presos y el piloto se vio obligado a tomar tierra allí mismo, momento en el que uno de los reos se subió a bordo.

Luego despegó para volver a aterrizar unos cientos de metros más allá, en el campo. Una vez allí, los dos desconocidos y el fugitivo huyeron a pie, probablemente hacia un coche que les esperaba cerca de allí.

Erik Ferdinand era conocido por delitos de estafa, robo y falsificación de documentos y no es la primera vez que se escapa de una cárcel. Lo hizo meses atrás en Gerona cuando se estaba procediendo a la reconstrucción de unos hechos. El fugado fue aprehendido hace unas semanas en la región de Lieja.