MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente interino de Argelia, Abdelkader Bensalá, hizo el domingo un llamamiento a un diálogo "inteligente y constructivo" y defendió mantener la fecha de las elecciones el 4 de julio, a pesar de las manifestaciones en el país reclamando su dimisión.
Bensalá, que fue nombrado presidente interino tras la dimisión el 2 de abril de Abdelaziz Buteflika, señaló en un discurso a la nación que el diálogo "es el único medio para construir un consenso fecundo y lo más amplio posible".
Así, argumentó que es a través de esta vía como se lograrán "las condiciones apropiadas para la organización, en los plazos convenidos, de las elecciones presidenciales", según ha informado la agencia estatal argelina de noticias, APS.
En este sentido, el mandatario argelino resaltó la necesidad de que la población "demuestre la máxima vigilancia" y "sus leales hijos sean conscientes de los peligros", al tiempo que criticó que algunas "partes" intentan "sembrar las semillas de la discordia".
Bensalá destacó además que las citadas elecciones presidenciales "permitirán al país salir de forma definitiva y duradera de la inestabilidad política e institucional", antes de prometer que las mismas tendrán "toda la legitimidad necesaria y todas las prerrogativas requeridas para concretar la aspiración profunda al cambio y satisfacer la totalidad de las legítimas reivindicaciones populares".
De esta forma, apuntó además que el objetivo es "llevar al país hacia un porvenir seguro y próspero para el pueblo, que le permita evitar los peligros y planes hostiles", así como evitar entrar "en una espiral de anarquía y desestabilización".
El presidente interino aplaudió además el papel del Ejército para "preservar la concepción constitucional del Estado, asegurar su continuidad y garantizar la seguridad y la estabilidad del país", al tiempo que destacó el papel del jefe de las Fuerzas Armadas, Gaid Salá, por "la lucidez de su compromiso del lado del pueblo en esta fase crucial de la historia".
Por otra parte, Bensalá ensalzó la rapidez de la respuesta del Estado a las reivindicaciones populares, haciendo especial hincapié en la apertura de casos por corrupción contra destacados miembros del círculo de Buteflika, aunque sin mencionarlos directamente.
"En el centro de las reivindicaciones populares estaban la lucha contra la corrupción y la dilapidación de fondos públicos, lo que ha conocido una aceleración que deja entrever que la Justicia se ha puesto en marcha de forma decidida generando titulares (en los medios), pero mostrando además una acción metódica", ha remachado.
La semana pasada, Salá, quien ayudó a expulsar a Buteflika tras presionar para que declararan su inhabilitación para el cargo por motivos de salud, avisó de que varios casos importantes de corrupción acabarán saliendo a la luz tarde o temprano.
De hecho, Said Buteflika, hermano del expresidente, y numerosos empresarios y otras personas cercanas al antiguo mandatario han sido detenidos en las últimas semanas. La Justicia ha asegurado que trabaja de forma independiente y sin recibir órdenes.
Sin embargo, la salida de Buteflika no ha calmado a los manifestantes, que ahora exigen el desmantelamiento de toda una élite gobernante arraigada durante décadas, un cambio hacia una mayor democracia y una represión contra la corrupción sistémica y el clientelismo.
