ROMA, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
El juez de Milán Fabio Paparella decidió enviar a juicio al ex presidente del Gobierno italiano Silvio Berlusconi y a otras trece personas por acusaciones que van desde el fraude fiscal hasta la falsedad en balance, así como la apropiación indebida y el blanqueo de dinero en el caso de la venta de derechos televisivos de la sociedad Mediaset.
El juicio, que comenzará el 21 de noviembre, está basado en la investigación sobre las irregularidades en la compraventa de los derechos televisivos y cinematográficos de Mediaset, propiedad de Berlusconi. Entre los acusados se encuentra el presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, el abogado británico David Mills y otras once personas.
Según los fiscales, los derechos de las películas acabaron en manos de la sociedad por 470 millones de euros después de complejas operaciones financieras. La Fiscalía afirma que las productoras norteamericanas vendieron los derechos a dos sociedades ficticias situadas en paraísos fiscales que después los habrían revendido a Mediaset para esquivar los impuestos italianos y crear fondos negros a disposición de la sociedad de Berlusconi.
De esta investigación se separaron las causas de los dos hijos de Berlusconi, el vicepresidente de Mediaset, Pier Silvio, y la presidente, Marina. Por otra parte, también se está desarrollando una audiencia preliminar separada que ve como imputados sólo a Berlusconi y al abogado Mills, bajo la acusación de corrupción en actos judiciales.
En este caso, la investigación se basa en las acusaciones de los fiscales Fabio De Pasquale y Alfredo Robledo, que sostienen que Berlusconi entregó al abogado Mills la cantidad de unos 600.000 euros para que mintiese en dos de los procesos sobre las actividades ilegales de Berlusconi.
Según las acusaciones, Mills sería el creador de una red de paraísos fiscales a disposición de la sociedad de Berlusconi, Fininvest, usadas para evadir impuestos. Los abogados de Berlusconi presentaron un documento en el que se probaría que el pago a Mills del que se habla, habría sido efectuado por un constructor de barcos napolitano, Diego Atanasio, que no tiene ninguna relación con Berlusconi.
