NUEVA YORK, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, recordó hoy a la Junta Militar en el poder en Birmania que el uso excesivo de la fuerza y la detención arbitraria son contrarios al derecho internacional, después de que las fuerzas del orden reprimieran esta mañana con gases lacrimógenos y disparos al aire las manifestaciones antigubernamentales, dejando al menos un muerto.
Asimismo, Arbour instó a las autoridades birmanas a permitir la expresión pacífica de disidentes y a respetar las leyes de Derechos Humanos en su respuesta a las marchas pacíficas generalizadas, según informó la ONU en un comunicado.
La Alta Comisionada expresó su profunda preocupación por el bienestar y la seguridad de los manifestantes, así como por los detenidos en las últimas semanas y por la líder de la oposición Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003, subrayando que el impedir ejercer los derechos y libertades fundamentales puede constituir un delito penal para los individuos responsables.
La Junta Militar admitió esta tarde que un civil murió por una bala que rebotó y otros tres resultaron heridos en una avalancha después de que la Policía realizara disparos al aire y lanzara gases lacrimógenos contras los alrededor de 10.000 manifestantes, incluidos monjes budistas, congregados en torno a la Pagoda de Sule, en Rangún.
Las manifestaciones comenzaron el 19 de agosto para protestar por la elevada subida del precio de los combustibles, y la consecuente inflación que generaron, y han ido creciendo después de que el Gobierno detuviera a más de 200 manifestantes. La semana pasada, los monjes budistas del país se sumaron al movimiento de protesta, generando una nueva ola de manifestaciones que culminó el martes con la más multitudinaria en los últimos 20 años.
