Los birmanos votan en unas elecciones marcadas por la larga "estatura moral" de Suu Kyi

Actualizado: domingo, 7 noviembre 2010 9:47

Los primeros comicios, los primeros en 20 años, se celebran bajo un marco legal claramente beneficioso para la Junta Militar

MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los cerca de 30 millones de birmanos con derecho a voto ya han comenzado a participar este domingo en unas elecciones diseñadas a la medida de la dictadura militar y en las que planeará la larga sombra de su gran ausente, la celebérrima disidente Aung San Suu Kyi, quien ha hecho un llamamiento a la abstención y cuyo partido se ha negado a participar. La Junta Militar ha prohibido la presencia de testigos internacionales en este proceso electoral, que el relator especial de la ONU para Birmania, Tomás Ojea Quintana, ha calificado de "sumamente defectuoso".

Se trata de los primeros comicios desde que la Junta Militar está comandada por el anciano y supersticioso general Than Shwe. Los comicios suponen para los dirigentes militares la culminación de su tan querida "hoja de ruta hacia la democracia", proclamada en 2003 por el Gobierno y uno de cuyos hitos fue la aprobación en 2008, mediante un más que dudoso referéndum, de la actual Constitución.

Hacía veinte años que no se celebraban unas elecciones en Birmania. En 1990, la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi obtuvo 392 de los 485 escaños del Parlamento, pero el Consejo para la Restauración de la Ley y el Orden --nombre oficial de la Junta, que se había hecho con el poder en 1988 mediante un golpe de Estado que puso fin al régimen socialista-- se negó a reconocer los resultados e impidió por la fuerza que Suu Kyi asumiera un poder que le había sido otorgado por las urnas.

EL MARCO NORMATIVO

El marco de las próximas elecciones lo constituyen la actual Constitución y la legislación electoral aprobada 'ad hoc' el pasado mes de marzo. En función de la Constitución, el domingo se elegirán las dos Cámaras del Parlamento y 14 asambleas regionales. Asimismo, la cuarta parte de los 440 escaños del Parlamento está reservada automáticamente a los miembros el Ejército, que tendrá competencia exclusiva sobre el Ministerio del Interior.

En una clara maniobra para incrementar, 'de facto', la presencia de militares en el Parlamento por encima de la cuota legal, más de una treintena de militares --incluidos numerosos ministros-- han abandonado el Ejército a lo largo del año para poder presentarse a las elecciones y ocupar los cargos reservados a los "civiles".

Al respecto, el pasado mes de agosto fuentes militares aseguraron que entre los militares que iban a abandonar el Ejército figuraba nada menos que el general Than Shwe, de 77 años y líder supremo de la Junta Militar desde 1992, a fin de poder seguir al frente del país en calidad de presidente y vicepresidentes.

No obstante, el líder del Partido Unión Solidaridad y Desarrollo (USDP, el partido de nuevo cuño creado por los antiguos miembros de la Junta Militar), Htay Oo, aseguró la semana pasada que el general Than Shwe probablemente no figuraría entre los candidatos a la Presidencia del país debido a que no pertenece a la USDP y a que el líder supremo no parece dispuesto a renunciar a la jefatura de las Fuerzas Armadas.

La actual Constitución también prohíbe concurrir a las elecciones a cualquier persona que haya estado casada con un extranjero --Suu Kyi estuvo casada con el médico británico Michael Aris, fallecido de cáncer en 1999-- y que cuente con antecedentes "delictivos" --en la actualidad hay más de 2.000 presos políticos en Birmania, entre ellos Aung San Suu Kyi y numerosos miembros de la LND--.

El otro marco referente normativo de estos comicios son las leyes electorales aprobadas el pasado mes de marzo, fuertemente criticadas por los observadores internacionales y por la oposición. La nueva legislación establece medidas tan polémicas como de la de vetar la candidatura de cualquier partido que incluya entre sus filas a personas condenadas, una decisión que afectaba muy claramente a la LND de Suu Kyi.

Aparte, se anulan oficialmente, y con efecto retroactivo, los resultados de las elecciones generales de 1990 porque "no se ajustaron a las nuevas leyes electorales", y se prohíbe expresamente la participación en política a los miembros de órdenes religiosas y a los funcionarios unirse a partidos políticos. Los monjes budistas fueron los grandes protagonistas de las masivas manifestaciones contra la Junta Militar de 2007.

AUNG SAN SUU KYI

En cualquier circunstancia, las elecciones birmanas estarán fuertemente marcadas por la larga sombra de una mujer de apenas un metro sesenta de estatura, "pequeña en estatura física y gigante en estatura moral", en palabras del sudafricano Desmond Tutu, ganador, como ella, del Premio Nobel de la Paz.

Aung San Suu Kyi, hija de Aung San --el héroe nacional que logró la independencia de Reino Unido en 1947 y posteriormente asesinado--, vive desde 1990, cuando se produjo la anulación de las elecciones, una larga e intermitente letanía de arrestos domiciliarios, lo que le valió la concesión del Premio Nobel de la Paz en 1991 por ser un "extraordinario ejemplo del poder de los que no tienen poder".

Tras el levantamiento del arresto domiciliario en 1995, Suu Kyi vivió cinco años de restricciones que concluyeron con un nuevo cautiverio en su residencia entre entre 2000 y 2002. Su último calvario comenzó en mayo de 2003, cuando fue detenida tras un enfrentamiento entre miembros de la LND y las fuerzas de seguridad y condenada de nuevo a cuatro años de arresto domiciliario.

Este nuevo régimen de detención fue sucesivamente prorrogado en mayo de 2007 y de 2008 y, finalmente, en agosto de 2009, después de que las autoridades la condenaran por albergar durante dos días a un ciudadano estadounidense que se había introducido en su vivienda sin su consentimiento.

EL BOICOT DE LA LND

Con el actual marco normativo, no es de extrañar que el líder del USDP, Htay Oo, haya dado prácticamente por hecha la victoria de su formación, que en el próximo Parlamento contará con la alianza de media docena de partidos "satélites" de la Junta Militar, entre ellos el Partido de la Unidad Nacional (NUP).

Asimismo, tampoco es de extrañar que entre los alrededor de 40 partidos políticos que se presentarán a los comicios no se encuentre la LND, que quedó definitivamente disuelta el pasado 6 de mayo debido a que había concluido la fecha límite para registrarse en las elecciones. El que sí participará es un grupo escindido de la organización de Suu Kyi, la Fuerza Nacional Democrática (NDF).

En agosto, Suu Kyi hizo un llamamiento a la abstención, y a principios de este mes, por lo que pueda suceder, la Junta Militar birmana advirtió de que, en caso de que la abstención sea demasiado alta, "el Gobierno no tendrá más alternativa que permanecer al mando de la seguridad del Estado hasta que se celebren otras elecciones".

Aparte, la Junta Militar se ha asegurado de que en estas elecciones no haya testigos incómodos y, a mediados de octubre, anunció que no permitiría la presencia de observadores internacionales ni de periodistas extranjeros porque el gobierno militar ya tiene "experiencia suficiente en la celebración de comicios".

El pasado 21 de octubre, el relator especial de la ONU para la Situación de los Derechos Humanos en Birmania, Tomás Ojea Quintana, declaró ante la Asamblea General de la ONU que el proceso electoral birmano es "profundamente defectuoso". Meses antes, en marzo, el propio Quintana había reclamado una investigación internacional sobre posibles crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad cometidos por la Junta Militar.

Cerca de una semana más tarde, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, un hombre por lo general muy comedido, pidió a la Junta Militar birmana que liberase a "todos" los presos políticos antes de las elecciones para que las autoridades "demuestren que están a favor de un cambio real".