Birmania.- RSF se muestra "horrorizada" por la muerte del cámara japonés y denuncia la negación de visados a periodistas

Actualizado: jueves, 27 septiembre 2007 20:39

PARÍS, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -

La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) se mostró hoy "horrorizada" por la muerte del reportero gráfico japonés Kenji Nagai, quien fue abatido esta mañana por disparos de las fuerzas de seguridad birmanas contra los manifestantes cerca del Hotel Tarder, en las calles de Rangún. Asimismo, denunció que las autoridades birmanas están negando el visado a decenas de reporteros extranjeros.

Kenji Nagai, camarógrafo de 50 años empleado de la agencia de fotografía y vídeo APF, había entrado en Birmania dos días antes. Otro periodista extranjero habría resultado herido en los disturbios de hoy, según RSF.

"Mientras las fuerzas de seguridad intensifican su represión disparando a la multitud y deteniendo a cientos de monjes y militantes demócratas, las autoridades mantienen las comunicaciones muy alteradas", denunció la organización.

La red de Internet va muy lenta y han cortado nuevas líneas de teléfonos móviles. A pesar de las restricciones, continúan saliendo del país imágenes e informaciones, "gracias a los periodistas extranjeros presentes en el país y a los periodistas birmanos", recordó Reporteros.

La organización denunció también que en la embajadas de Bangkok y Beijing se ha negado el visado para Birmania a decenas de reporteros extranjeros. "Los militares limitan drásticamente los visados de prensa y son decenas los periodistas y militantes de los Derechos Humanos que figuran en una lista negra", afirmó RSF.

MÓVILES E INTERNET

Por otra parte, Reporteros sin Fronteras y la Burma Media Association se han mostrado "escandalizadas" por las medidas adoptadas ayer por la Junta Militar, "encaminadas a impedir que periodistas y militantes puedan dar testimonio de la represión que se abate sobre los manifestantes".

Entre estas medidas destacan el corte de la mayoría de los teléfonos móviles del país y las obstrucciones a la red de Internet --mediante el cierre de varios cibercafés en Rangún y la reducción considerable de la velocidad del tráfico por parte del proveedor de acceso Bagan Cyber, controlado por la Junta--, "haciendo difícil, e incluso imposible, recibir información de fuentes independientes".

"Los generales no han dudado en utilizar la fuerza para reprimir las manifestaciones pacíficas, ampliamente cubiertas por la prensa internacional", afirmaron las dos organizaciones.

"La Junta, que se sabe protegida por China y la impotencia de la comunidad internacional, corta al país del resto del mundo para intentar terminar mejor con la 'revolución del azafrán'", prosiguieron.

"Hacemos un llamamiento a la prensa internacional para que intensifique su cobertura de la situación en Birmania, entre otras cosas enviando a periodistas al interior del país para que el drama no se desarrolle a puerta cerrada", manifestaron las dos organizaciones.