Brown afronta la rebelión de su grupo parlamentario y exigencias de la oposición a convocar elecciones

Actualizado: miércoles, 3 junio 2009 19:37


LONDRES, 3 Jun. (EUROPA PRESS/ Eva Martínez Millán) -

El primer ministro británico, Gordon Brown, ha sufrido un nuevo revés para su maltrecha autoridad política a raíz de las recientes renuncias en su Gabinete y en las últimas horas ha visto cómo al inicio de una rebelión entre diputados laboristas que promueven una campaña para que abandone se sumaban las insistentes llamadas de la oposición para que convoque elecciones de manera inmediata.

Casi en el ecuador de una semana considerada crucial para su liderazgo y en la víspera de unas elecciones locales y europeas que se prevén devastadoras para el Laborismo, Brown experimenta una creciente presión para que deje el cargo que asumió hace dos años y al que se aferra en base a considerar que es la "mejor persona" para dirigir las reformas institucionales pendientes en Reino Unido y sacar al país de la recesión.

Sin embargo, la filtración ayer de la renuncia de la ministra de Interior, Jacqui Smith, quien preveía dejar el Gobierno en la inminente remodelación, y el anuncio este mismo martes de la titular de Comunidades, Hazel Blears, de que también deja el Ejecutivo han situado al mandatario en un delicada posición que ha llevado a que la campaña promovida para propiciar su desalojo del número 10 de Downing Street haya recabado ya el apoyo de entre 70 y 80 parlamentarios.

Después de una complicada sesión de control en Westminster, en la que escuchó reiteradas apelaciones de todos los partidos para que proceda a disolver el Parlamento e insistentes cuestionamientos sobre su autoridad por parte del líder conservador, David Cameron, Brown tiene que hacer frente a una nueva sacudida, esta vez interna, ya que según el diario 'The Guardian' un grupo de diputados han comenzado a sumar respaldos en la recogida de firmas que prevén entregar en breve para que finalmente se decida a dimitir.

El rotativo liberal, que en su edición de hoy reclamó lo mismo en un contundente editorial, asegura en su versión digital que aunque en principio se había especulado con que la carta fuese remitida a Downing Street esta misma jornada, finalmente parece que se enviará el lunes, uno de los días barajados por Brown para dar a conocer la nueva composición de su Gabinete.

DUDAS

No obstante, la iniciativa habría encontrado también rechazos en escaños laboristas que consideraron que sus promotores son, por el momento, conocidos por una posición política demasiado a la izquierda. En cualquier caso, no habría copia impresa de la misiva, ya que los organizadores están intentando sondear a las diferentes corrientes que componen el grupo de 350 parlamentarios que la formación de Gobierno tiene actualmente en una Cámara de los Comunes formada por un total de 646 asientos.

Así, el método empleado hasta ahora se basa en una dirección electrónica a la que los diputados pueden escribir para confirmar su connivencia con la idea de que Brown abandone el poder. La idea pasó también por presentar la carta el próximo viernes, otro de los días evaluados para anunciar la remodelación, una vez se vayan conociendo los resultados de la locales de mañana, si bien finalmente parece que será el lunes, cuando estén ya publicados los de las europeas.

Con todo, según 'The Guardian' los rebeldes estarían molestos por el hecho de que sus planes hayan sido revelados debido a las consecuencias antes de los comicios, si bien la cifra de 50 que a principios de semana parecían apoyar la iniciativa 'Gordon must go' (Gordon debe irse) parecen ya haber pasado a 80.

LLAMADAS A LAS URNAS

En este contexto, Brown tuvo que escuchar esta mañana las imputaciones de falta de autoridad por parte de los líderes de la oposición, principalmente el conservador, según todas las encuestas, el próximo inquilino de Downing Street, quien retomó sus llamadas a una convocatoria inmediata de las elecciones ante la confirmación de que "la capacidad para dirigir su Gabinete simplemente ha desaparecido".

Por su parte, el dirigente de los liberal-demócratas, Nick Clegg, consideró que el Laborismo está "sencillamente acabado", a pesar de que el primer ministro se esforzó en defender que "las últimas semanas han sido difíciles para todos los parlamentarios", que han visto cómo los ciudadanos sienten "rabia" por la polémica de los gastos y, consecuentemente, ha sufrido una presión que ha llevado a parte a renunciar.

Sin embargo, las explicaciones del primer ministro no bastaron para rebajar la escala de la crisis desencadenada por el abandono de varios de sus ministros, especialmente la de Comunidades, Hazel Blears, una de las más afectadas por el escándalo revelado por el 'Daily Telegraph' y quien, a tenor de su "enfado" con Brown por su reacción, habría elegido deliberadamente el momento de dar a conocer su salida, a menos de 24 horas de la crucial cita con las urnas.

CRISIS

En este contexto, los analistas consideran que el mandatario no resistiría una nueva renuncia en su Gobierno, si bien han aumentado las especulaciones acerca de las intenciones del ministro del Tesoro, Alistair Darling, uno de los posibles movimientos de la remodelación y quien, ante la perspectiva de ser enviado al departamento de Interior, podría estar dispuesto a dimitir.

Con todo, Darling es un tradicional aliado de Brown y podría evitar situarlo en una posición aún más vulnerable, al igual que ha hecho ya el considerado perfil de consenso para una hipotética sucesión, el ministro de Sanidad, Alan Jonhson, quien calificó al primer ministro hoy mismo del "hombre indicado para el puesto" y negó estar detrás de movimiento alguno para desalojarlo del poder.

También su antaño rival político en el Laborismo y actual titular de Negocios, Peter Mandelson, aprovechó una ronda de entrevistas en varias televisiones británicas para intentar rebajar el ambiente de tensión en el que se halla sumido el Gobierno y, especialmente, amparar públicamente a un Brown hundido en las encuestas y profundamente cuestionado por el partido.

ESTRATEGIA

De hecho, los movimientos acaecidos hasta ahora podrían ser parte de una estrategia de renuncias en cadena para forzar su salida a la vista de su intención de mantenerse en el poder. No en vano, la marcha de Smith, Blears y otros dos miembros del Gobierno habían ya sacudido los tiempos con los que Brown aspiraba a manejar siete días decisivos para su liderazgo.

Sin embargo, las posibilidades de descabezamiento están condicionadas por el temor a cómo se traduciría en las urnas un relevo precipitado e, incluso, por las reticencias de potenciales sucesores a tomar las riendas en un período de incerteza y obligación de adelantar elecciones, puesto que sería ya el tercer primer ministro de la legislatura y segundo sin contar con el aval de las urnas.