Bush se dirige a los principales líderes iraquíes en un intento por controlar los nuevos brotes de violencia


WASHINGTON, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -

El presidente estadounidense, George W. Bush, se dirigió hoy a siete líderes políticos iraquíes en un esfuerzo por controlar la oleada de violencia que amenaza el objetivo de crear un Irak seguro en el que no sea necesaria la participación del Ejército estadounidense.

Se trata de las primeras llamadas diplomáticas que el presidente realiza desde el ataque bomba que sufrió esta semana la mezquita chií de Samarra y que ha desatado una oleada de ataques entre suníes y chiíes.

Desde Washington y Bagadad se teme que Irak pueda encontrarse en la antesala de una guerra civil tres años después de la invasión estadounidense que acabó con el régimen de Sadam Husein. La violencia ha supuesto un alto en las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno de unidad, un paso considerado clave para desmoralizar a la insurgencia suní y establecer el camino para el fin de la presencia militar estadounidense en el país.

"El presidente felicitó a los líderes iraquíes por su fuerte liderazgo y por sus esfuerzos en calmar la situación así como por sus comunicados contra la violencia", indicó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Frederick Jones.

Bush "los animó a continuar trabajando juntos para frustrar los esfuerzos de los insurgentes por sembrar la discordia entre las comunidades iraquíes", indicó Jones. En una llamada que duró aproximadamente una hora, Bush no se dirigió a ninguno de los líderes religiosos iraquíes.

Sin embargo, eligió a los líderes más representativos de cada grupo político: el primer ministro Ibrahim al Jaafari, el líder del principal partido chií iraquí, Abdul Aziz al Hakim, el presidente de la Asamblea Nacional Hajim al Hassani, el líder de la principal coalición suní, Tariq al Hashemi, al presidente iraquí, Jalal Talabani y al líder kurdo, Massoud Barzani.