Cadena perpetua revisable para dos británicos por un asesinato racista en 1993

Actualizado: miércoles, 4 enero 2012 15:45


LONDRES, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -

Dos hombres británicos han sido condenados a una cadena perpetua de la que deberán cumplir al menos catorce años y tres meses y quince años y dos meses cada uno por el asesinato de Stephen Lawrence en Londres en 1993, cuando tenía 18 años, por motivos racistas.

Un jurado concluyó este martes en el Tribunal Penal Central que Gary Dobson, de 36 años --el que más tiempo deberá pasar en prisión--, y David Norris, de 35, son culpables del asesinato. Ambos eran menores de edad cuando mataron a Lawrence, que era negro.

El juez Treacy ha afirmado este miércoles que cometieron el crimen exclusivamente por motivos racistas. Aunque las penas impuestas son menos duras de lo que algunos esperaban, "estoy constreñido por el Parlamento", ha declarado el magistrado en una sala abarrotada de personas, según la cadena BBC.

Treacy ha señalado que "este caso es muy grave" y que Lawrence era completamente inocente y se encontraba en una situación de total indefensión cuando fue agredido por un grupo de jóvenes blancos cerca de una parada de autobús.

ATAQUE RÁPIDO Y COORDINADO

Norris y Dobson son las primeras personas en ser condenadas por este crimen que, según el juez, "marcó al país". "Estoy seguro de que ustedes sabían que una persona de su grupo llevaba un cuchillo aquella noche", les ha dicho a los acusados.

Los jóvenes blancos "llevaron a cabo un ataque rápido y coordinado" contra Lawrence, "arremetieron" contra él y pronunciaron insultos "racistas", según ha explicado.

Treacy ha indicado que aunque "las pruebas no han demostrado" que los condenados portasen el cuchillo, la persona que lo tenía lo llevaba "con su aprobación". "Da igual que no tuviesen el cuchillo en sus manos. Usted, Dobson, mintió en reiteradas ocasiones por lealtad al grupo", ha agregado.

Aunque la agresión no fue premeditada, Norris y Dobson estaban dispuestos a atacar si se presentaba la oportunidad, según el magistrado, que ha recordado además que ninguno de los dos se ha arrepentido.

NUEVAS PRUEBAS FORENSES

En este juicio se habían presentado nuevas pruebas forenses. Los científicos que revisaron el caso en 2007 encontraron una minúscula mancha de sangre de la víctima en la chaqueta de Dobson y un pequeño trozo de pelo de Lawrence en los pantalones de Norris. Lo consiguieron usando unas técnicas que no estaban disponibles hace años.

La Policía detuvo a Dobson y a Norris --que siempre han defendido su inocencia-- y a otros tres sospechosos en los meses posteriores al asesinato, pero el Ministerio Público retiró la acusación porque, según dijo, la declaración de un testigo clave era poco fiable.

Después, el Ministerio Público decidió que las nuevas pruebas presentadas por el abogado de los Lawrence no eran suficientes, así que la familia presentó una acusación privada contra Dobson y otras dos personas, pero fracasó en 1996.

Esta falta de avances motivó una investigación sobre el proceso y se llegó a la conclusión de que Lawrence murió "en un ataque racista" que cometieron cinco jóvenes sin que hubiese "ninguna provocación".

RACISMO EN LA POLICÍA

Un informe elaborado por el juez William Macpherson y publicado en 1999 indicó que este crimen había puesto de manifiesto el "racismo institucional" de la Policía Metropolitana y reveló la incompetencia de algunos agentes.

Matthew Ryder, que representó a la familia Lawrence cuando ésta denunció a la Policía, ha destacado que en este caso se ha visto como "las víctimas de una injusticia luchaban por conseguir justicia mientras el sistema las abandonaba". "Creo que por eso ha cambiado profundamente la forma en que vemos el tema de las razas y el racismo en esta sociedad", ha declarado a Radio 4 de la BBC.

A su juicio, el asesinato fue "una forma burda y violenta de racismo", pero "lo que siempre ha formado parte de este caso es el racismo pernicioso y sistemático que hizo que la investigación fracasase".

El jefe de la Policía Metropolitana, Bernard Hogan-Howe, ha advertido este miércoles en rueda de prensa de que "las otras personas implicadas en el asesinato de Stephen Lawrence no deberían dormir tranquilos". La Policía ha dicho que podría reabrir la investigación si apareciesen nuevas pruebas.