Los Cascos Blancos piden contención a Damasco y Moscú para evitar más víctimas civiles
DAMASCO, 5 May. (DPA/EP) -
Al menos 74 personas han muerto, entre ellas 44 civiles, durante los últimos seis días de bombardeos de las fuerzas aéreas de Siria y Rusia sobre el enclave rebelde de Idlib, según ha confirmado este domingo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, entre llamadas a la contención a ambos países.
Los últimos ataques comenzaron el pasado 30 de abril contra las posiciones rebeldes tanto en esta localidad como en la vecina Hama, en una campaña que la organización de voluntarios de los Cascos Blancos ha calificado como un "verdadero desastre" para la población civil, ya que es incapaz de resguardarse de "bombardeos sostenidos".
El grupo ha denunciado que los bombardeos se están dirigiendo específicamente a lugares a campo abierto donde han escapado más de 300.000 civiles desde el inicio de la campaña.
Estos bombardeos se producen en medio de temores a que las fuerzas gubernamentales se estén preparando para una operación masiva por tierra contra los rebeldes en la región. De hecho, un comandante del Ejército sirio ha confirmado a la agencia DPA que están a punto de recibir una importante cantidad de refuerzos en ambos frentes.
Esta última escalada vuelve a poner de manifiesto la extrema fragilidad de una tregua pactada hace ocho meses en el enclave, donde teóricamente existe una zona desmilitarizada.
