MONTREAL (CANADÁ), 19 Ene. (EP/AP) -
Las autoridades canadienses admitieron hoy que están investigando supuestas amenazas terroristas contra la comunidad anglófona en Montreal por parte de un grupo que declara estar vinculado con los "milicianos separatistas" de la provincia francófona de Québec, autores del secuestro y asesinato de un ministro quebequés en los años 70, según fuentes policiales.
Por su parte, la Real Policía Montada de Canadá (RCMP por sus siglas en inglés) confirmó hoy que investiga la fuente del comunicado firmado por un grupo que declara ser una célula del Frente de Liberación de Québec (FLQ) y amenaza con ejecutar ataques contra edificios públicos en la zona este donde se concentra la mayor parte de la comunidad anglófona.
"¿Es una broma?, ¿Es alguien que intenta hacerse pasar por una célula del FLQ? Todavía no lo hemos determinado, pero nos tomamos (las amenazas) muy en serio", admitió Luc Bessette del RCMP. "Nuestro equipo de seguridad nacional entero está trabajando en esto y la investigación será presentada lo antes posible", admitió.
Por su parte, la presunta célula terrorista en su comunicado, con fecha del 15 de enero, asegura que atentará contra los municipios de habla inglesa con la intención de causar el "máximo impacto" entre los próximos 15 de febrero y 15 de marzo, empleando mandos de control de activación de artefactos explosivos. "Es posible que haya heridos y muertos", advierte el grupo en el comunicado, a cuya copia a tenido acceso Associated Press.
En este sentido, el grupo asegura que entre sus objetivos están centros comerciales, puentes, vías ferroviarias, infraestructuras aeroportuarias, redes de suministro de agua, edificios municipales y gasolineras.
Por su parte, tanto el primer ministro de Québec, Jean Charest, el presidente francés, Jacques Chirac, y el alcalde de Beaconsfield (Montreal) han recibido una copia del comunicado.
En 1970, militantes en la sombra del FLQ exigieron "la independencia total" de Canadá, secuestrando al entonces ministro de Trabajo de Québec, a quien asesinaron, mientras que liberaron a un diplomático británico, también secuestrado por el grupo.
En respuesta a la denominada "crisis de octubre", las fuerzas de seguridad canadienses patrullaron las calles de Quebec y detuvieron a decenas de simpatizantes del FLQ, la mayoría de los cuales fueron puestos en libertad por falta de conexión con el FLQ.
