Los candidatos portugueses despiden hoy la campaña de las elecciones presidenciales

Actualizado: viernes, 20 enero 2006 21:12


LISBOA, 20 Ene. (EUROPA PRESS/Patricia Ferro) -

Después de dos semanas de campaña y tres meses de precampaña con poco contenido y sin ninguna novedad de impacto político, y miles de kilómetros recorriendo el país de norte a sur, los seis candidatos a las elecciones presidenciales del domingo en Portugal dan hoy el último 'do de pecho' para intentar atraer el voto del 23 por ciento de indecisos que registran los sondeos y que podrán determinar si habrá o no una segunda vuelta.

La larga campaña electoral no ha sido nada vibrante, aunque tenía todos los ingredientes para serlo, ya que se enfrentaban dos de los 'titanes' de la política portuguesa de los últimos 30 años, Aníbal Cavaco Silva y Mario Soares. Los 'actores secundarios' también eran interesantes, el representante del partido de izquierdas que más subió en las últimas legislativas, Francisco Louça; el secretario general del Partido Comunista que mejor resiste al paso del tiempo en la Unión Europea, Jerónimo de Sousa, y uno de los políticos más carismáticos de la historia de la democracia en Portugal, el poeta Manuel Alegre, que no cuenta con el apoyo de su partido.

Pero a pesar de la expectativa inicial la campaña, la tercera en un año, aburrió a los portugueses, tal como indican muchos sondeos.

El porqué se debe, según los analistas políticos, a que en las presidenciales se espera un duelo entre dos candidatos, en vez de "una carrera solitaria de un candidato, Cavaco, con los otros cuatro intentando herirlo con dardos que yerran sistemáticamente el objetivo", argumenta el director del diario 'Público', José Manuel Fernández.

La única 'sorpresa' de la campaña fue el segundo lugar que ocupa Alegre, por delante del histórico Mario Soares, en prácticamente todos los sondeos.

En caso de mantenerse así, sería un duro golpe para 'el padre de la Patria' que se presentó a estos comicios como el único capaz de evitar la victoria de Cavaco y, al final, podría acabar por detrás de su viejo amigo Alegre, que se enfrentó a él y se presentó en solitario a estos comicios.

Por otro lado, la falta de debate de ideas se debió, en parte, a la negativa "sistemática" de Cavaco a pronunciarse sobre temas cruciales de la vida política del país, y a la división de la izquierda. Por un lado, el candidato socialista, Mario Soares; por otro, el histórico militante que se reveló contra las decisiones partidarias, Manuel Alegre. Además de un Jerónimo de Sousa y un Francisco Louça recatados en sus discursos por "miedo de remover en las heridas de un electorado divido y confuso" y que lo único que han conseguido es favorecer a Cavaco, asegura Fernández.

Además, la participación de los líderes políticos de los dos principales partidos fue prácticamente nula. Ningún responsable del Partido Social Demócrata (PSD) participó de forma pública en la campaña de Cavaco, por expreso deseo de éste.

ENTRADA TARDÍA DE SOCRATES

El secretario general de los socialistas y primer ministro, José Sócrates, entró tarde y solamente en dos mítines. Además, ha sido muy comedido en la campaña, en parte por prudencia, ya que no le convendría atacar a la persona con la que podría tener que colaborar el resto de su legislatura, sobre todo, explica el analista Carlos Magno, después de la "amenaza velada de Cavaco cuando afirmó que si ganaba intentaría olvidar todo lo que se había dicho en campaña".

La situación hubiera sido diferente si desde el principio el Partido Socialista (PS) hubiera conseguido jugar en el mismo terreno y al mismo nivel que el candidato socialdemócrata, lo que exigiría la entrada en campaña de alguno de los pesos pesados del PS, como Guterres o Antonio Vitorino.

Pero la confusión creada por la candidatura de Alegre dejó al partido gubernamental en una posición incómoda que permitió que la campaña transcurriese en dos tiempos, en uno Cavaco Silva, que llegó a ser acosado por auténticas multitudes que iban en su busca, en el otro, el resto de los candidatos, Soares incluido, que iban en busca de los electores.

Esta noche es el último acto electoral y los candidatos harán el último esfuerzo. Cavaco, en Lisboa, volverá a vender la idea de hombre austero que puede "salvar" el país y que promete "transformar los sueños en realidad", tal como afirmó en su último mitin.

Soares, en Oporto, volverá a pedir el voto de la izquierda para lograr una segunda vuelta y derrotar al 'cavaquismo' con el que "peligra la estabilidad del país". Mientras que Alegre, también en la capital, pedirá el voto de los socialistas y apelará al poder de la ciudadanía. De cualquier forma, las cartas están repartidas y la palabra final la tendrán los portugueses el próximo domingo.