YAMENA, 17 Dic. (EP/AP) -
El presidente de Chad, Idriss Deby, se reunió hoy domingo con el líder del grupo rebelde que atacó la capital el pasado abril, en una señal de aparente reconciliación tras los recientes estallidos de violencia.
La reunión con Mahamed Nour ocupó durante una hora a ambos dirigentes, una semana después de los sangrientos combates cerca de Biltine, a 150 kilómetros de la frontera con Sudán. Ambos discutieron la "posibilidad de una vuelta a casa" para Nour, según un comunicado de la Presidencia.
El Gobierno de Chad reconoció el pasado viernes que ha enviado soldados a Sudán para perseguir rebeldes chadianos atrincherados en el país vecino, pero aseguró que no tiene la intención de declarar la guerra.
"Las fuerzas gubernamentales han usado su 'derecho a perseguir' para cruzar la frontera en Sudán", informó el ministro chadiano de Comunicación, Hurmayi Musa Dumgor, en un comunicado. "Chad no ha declarado la guerra a Sudán y no tiene intención de hacerlo", agregó.
Las tropas chadianas han perseguido a los rebeldes desde que se produjera el pasado sábado una brutal batalla cerca de Biltine, a 150 kilómetros de la frontera sudanesa. La lucha por el poder se ha intensificado en Chad desde que el país empezara a exportar petróleo en 2004.
La violencia en el este de Chad ha aumentado los temores de que el conflicto en la región sudanesa de Darfur se extienda al otro lado de la frontera y se generalice en un conflicto regional. Los Gobiernos de Chad y Sudán intercambian acusaciones por su presunto apoyo a los grupos rebeldes del otro país, algo que ambos niegan.
En Darfur, el conflicto comenzó con el levantamiento de grupos rebeldes hace tres años, tras años de enfrentamientos por la tierra y el agua en la región. Para responder a la sublevación, las tropas gubernamentales se sirvieron de las milicias 'janjawids', a los que se acusa de graves atrocidades contra la población civil. Sin embargo, el Gobierno sudanés niega apoyar ni a los 'janjawids' ni a los rebeldes chadianos.
En Chad hay unos 218.000 refugiados procedentes de Darfur. Además, unos 90.000 chadianos sin hogar viven también en campamentos cerca de la frontera. La ONU ha advertido de que ambos conflictos están íntimamente relacionados.
