SANTIAGO, 8 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia Riquelme) -
El Gobierno chileno tuvo que recurrir a los tribunales de justicia para lograr evacuar a los últimos habitantes de la ciudad de Chaitén que se resisten a abandonar sus casas a pesar de la creciente actividad del volcán del mismo nombre, que ha causado conmoción y un gran operativo de salvamento a 1.300 kilómetros al sur de Santiago.
Seísmos, ruidos subterráneos, material incandescente y una persistente lluvia de ceniza volcánica ha obligado a evacuar la zona desde el pasado domingo, para prevenir una tragedia.
El ministro de Defensa, José Goñi, nombrado "ministro en campaña" para coordinar sobre el terreno las labores de rescate y la entrega de ayuda a los más de 5.000 desplazados, confirmó que las autoridades han presentado un recurso de protección que permitirá a la policía sacar por la fuerza a quienes no quieren abandonar sus casas.
Goñi confirmó también que este jueves se reunirá con el vicepresidente de Argentina, Julio Cobos, para coordinar acciones conjuntas, ya que la actividad del Chaitén ha llevado la nube de cenizas hasta el país vecino, especialmente a ciudades del sur e incluso a una parte de Buenos Aires.
Goñi señaló que las cancillerías y las presidentas de ambos países se han mantenido en contacto y que la presidenta Michelle Bachelet agradeció la ayuda gestionada por su homóloga, Cristina Fernández. Las autoridades han llevado forraje para los animales, agua potable y alimentos no perecibles a las zonas afectadas.
Miles de personas permanecen en albergues en la vecina ciudad de Puerto Montt, a la espera de que cese el peligro. En Santiago, el Gobierno, que en días anteriores confirmó la entrega de subsidios a las familias que corren peligro, informó hoy de que condonará las deudas tributarias de los afectados y que realizará nuevas tasaciones de los terrenos, considerando la emergencia.
En la noche del miércoles comenzó la evacuación de parte de las 51.000 cabezas de ganado que permanecen en la zona amagada, las que corren peligro de morir debido a la ingesta de las cenizas volcánicas que han contaminado las fuentes de agua, como ríos y lagos, y también el forraje.
