MADRID, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
La ONG Amnistía Internacional (AI) pidió hoy a las autoridades de la ciudad china de Urumqi, capital de la región autónoam uigur de Xinjiang, que lancen una investigación "independiente e imparcial" sobre los violentos disturbios registrados ayer entre miembros de las etnias uigur y han en los que, según el último balance oficial, murieron 140 personas y más de 800 resultaron heridas.
"Las autoridades chinas deben dar explicaciones por todas las personas que murieron y han sido detenidas. Los que fueron detenidos sólo por expresar pacíficamente sus puntos de vista y ejercer su libertad de expresión, asociación y asamblea deben ser liberados inmediatamente", reclamó AI.
En un comunicado, la subdirectora para Asia-Pacífico de la organización, Roseann Rife, también instó a las autoridades locales a iniciar una investigación que resulte en "juicios justos" que estén en línea con los "estándares internacionales sin recurrir a la pena de muerte".
La ONG denunció que en los disturbios de ayer se produjo una "pérdida trágica de vidas", por lo que consideró "urgente" que dé comienzo una investigación "independiente" que lleve a todos los responsables de las 140 muertes "ante la justicia". "La violencia y los abusos tanto de las autoridades como de los manifestantes no está en ningún modo justificada", añadió Rife.
Amnistía hizo hincapié en que las autoridades deben respetar sus obligaciones segú las leyes locales y el Derecho Internacional, que "protege la libertad de expresión y de asamblea de forma pacífica y prohibe las detenciones arbitrarias, la tortura o el maltrato". Así pues, también pidió que permita el libre acceso a la zona de los sucesos a la prensa nacional y extranjera, así como observadores independientes.
La agencia oficial china Xinhua informaba hoy de que la Policía de Urumqi ha arrestado a "varios cientos" de personas, incluidos más de diez importantes activistas que han sido acusados de instigar los enfrentamientos. Otras 90 personas están desaparecidas.
Según AI, las políticas gubernamentales, que limitan el uso de la lengua uigur, imponen fuertes restricciones a la libertad religiosa y fomentan el flujo constante de emigrantes chinos de etnia han hacia la región, lo que "está destruyendo sus costumbres y, junto a la discriminación laboral, está avivando el descontento y las tensiones étnicas".
Los uigures son un grupo étnico de habla turca, principalmente islámico suní, con una larga presencia histórica en el corazón de Asia Central. En China se concentran en la región occidental del país, una zona históricamente reclamada por imperios, señores de la guerra y grupos étnicos. En 1949, la región pasó a formar parte de la República Popular de China.
