BEIJING, 27 Sep. (EP/AP) -
Las autoridades de Beijing aseguraron hoy que no expulsarán a los trabajadores inmigrantes de la capital durante los Juegos Olímpicos de 2008.
El Gobierno chino prometió que las Olimpiadas ayudarán a mejorar el respeto por los Derechos Humanos, aunque directivos del Comité Olímpico Internacional (COI) le advirtió en privado de que un exceso en los controles sociales podría ser contraproducente.
El periódico gubernamental 'Beijing Morning Post' informó este mes que muchos de los cerca de un millón de trabajadores inmigrantes en Beijing procedentes de otras partes de China podrían ser expulsados de la ciudad antes de los Juegos Olímpicos. "Esta información no está sustentada en hechos", indicó hoy en rueda de prensa el jefe del departamento legal de la capital, Zhou Jidong.
Beijing depende de los inmigrantes, que carecen de permisos oficiales para vivir en la capital, para realizar trabajos de construcción y otras obras. Algunos residentes se quejan de que su presencia afecta a su calidad de vida.
Zhou señaló que desconocía un informe del grupo Human Rights Watch (HRW) que acusa a Beijing de ordenar el cierre de 50 escuelas para hijos de inmigrantes en el marco de su plan de limpieza antes de las Olimpiadas.
"Por el contrario, el Gobierno de la ciudad tiene fondos especiales para suministrar educación a los inmigrantes. Los derechos de los trabajadores inmigrantes deben ser protegidos. Es importante reconocer su contribución a Beijing", agregó.
Zhou reconoció además que Beijing no ha decidido aún cómo lidiar con los enfermos mentales durante los Juegos Olímpicos, a pesar de que el 'Beijing Morning Post' indica que todos serán hospitalizados para prevenir un "daño a la sociedad". "Estamos estudiando el asunto", manifestó Zhou.
