Un informe denuncia detenciones arbitrarias, torturas bajo custodia y disparos "indiscriminados" contra manifestantes
MADRID, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las fuerzas de seguridad chinas hicieron un uso "intencionado" de la fuerza letal contra los manifestantes desarmados tibetanos durante los disturbios de marzo de 2008, según revelan las declaraciones de decenas de testigos presenciales e incluso las fuentes del propio Gobierno, recogidas en un nuevo informe de la organización de Derechos Humanos estadounidense Human Rights Watch (HRW).
El informe, titulado 'Lo vi con mis propios ojos: abusos de las fuerzas de seguridad en Tíbet, 2008-2010', se basa en más de 200 entrevistas con refugiados tibetanos y de otros informantes que habían salido de China, así como en fuentes del propio Gobierno.
El documento detalla, a través de los testimonios, "una amplia gama de abusos cometidos por las fuerzas de seguridad tanto durante las protestas como después", incluido el uso desproporcionado de la fuerza, las detenciones arbitrarias a gran escala, la brutalidad con los detenidos, las torturas bajo custodia o los disparos "indiscriminados" contra los manifestantes.
Las declaraciones de los testigos, según Human Rights Watch, "confirman que las fuerzas de seguridad chinas hicieron un uso desproporcionado de la fuerza y actuaron con deliberada brutalidad" durante las manifestaciones, que comenzaron el 10 de marzo de 2008.
El documento, presentado este miércoles, "refuta las afirmaciones del Gobierno chino según las cuales afrontó las protestas en línea con las normas internacionales y con las leyes nacionales", declaró la directora para Asua de HRW, Sophie Richardson.
Según la organización, muchas de las violaciones de Derechos Humanos continúan en vigor, entre ellas las desapariciones, las detenciones y encarcelamientos irregulares, las persecuciones contra familias y los acosos a los tibetanos sospechosos de simpatizar con las protestas.
DISPAROS INDISCRIMINADOS
"Decenas de testimonios y las fuentes del propio Gobierno revelan la intención de las autoridades de hacer uso de la fuerza letal contra manifestantes desarmados", declaró Sophie Richardson. El informa indica que, en contra de lo declarado por el Gobiero, las fuerzas de seguridad "abrieron fuego indiscriminadamente contra los manifestantes en al menos cuatro incidentes aislados, uno de ellos en pleno centro de Lhasa el 14 de marzo", aseguró la ONG.
"A fin de impedir cualquier escrutinio externo o independiente de las operaciones de seguridad, las autoridades chinas aislaron del todo la meseta del Tíbet y desplegaron un alto número de tropas a todas las zonas habitadas tibetanas", prosiguió HRW.
Asimismo, "expulsaron a los periodistas y a los observadores extranjeros, restringieron los viajes hacia y dentro de la región, cortaron o vigilaron las telecomunicaciones e Internet y detuvieron a cualquier sospechoso de informar sobre los incidentes", denunció.
El Gobierno "ha rechazado todos los llamamientos para que haya una investigación independiente sobre las protestas, incluido el de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y los de los relatores especiales de la ONU", agregó.
