PEKÍN, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
El balance final del ataque ocurrido ayer en la ciudad de Kuqa, región de Xinjiang, en el oeste de China, es de once muertos (los asaltantes y un guardia de seguridad) y cinco heridos (dos policías, dos civiles y un guardia de seguridad), de acuerdo con la agencia oficial 'Xinhua'.
El asalto comenzó cuando un grupo de al menos 15 asaltantes arrojaron unas 12 bombas caseras "de tubo" rellenas de gas contra varias instituciones de la ciudad. La primera detonación se registró en la sede del departamento de Seguridad Pública. La explosión acabó con la vida de un guardia de seguridad y causó heridas a dos agentes de Policía y dos civiles.
Inmediatamente, la Policía respondió abriendo fuego contra los atacantes. Uno de ellos murió y otros dos fueron detenidos, mientras que un tercer asaltante, acorralado, hizo explotar la bomba que llevaba en su cuerpo, causándole la muerte.
Horas después, durante la operación de búsqueda de los atacantes, la Policía halló al resto de los terroristas escondidos en un mercado de la ciudad. Tres de ellos se suicidaron al hacer estallar los explosivos que llevaban y el resto fue abatido a disparos por la Policía.
Los hechos ocurrieron en la comarca de Kuqa (Kuchar Nahiyisi en uigur), y se producen apenas seis días después del ataque en las cercanías de una comisaría en Kashgar, que se saldó con la muerte de 16 policías y otros tantos heridos.
China asoció el ataque del lunes al Movimiento Islámico del Turkestán Oriental, defensor de la independencia de esta región occidental. Desde su exilio en Alemania, fuentes del movimiento rechazaron considerar el ataque como un "atentado", y lo calificaron como una muestra de la desesperación de la población en su propia tierra.
