Choques entre la Policía y seguidores de Morales en la marcha para condenar las muertes en Senkata

Marcha de partidarios de Morales desde Senkata a La Paz
Marcha de partidarios de Morales desde Senkata a La Paz - REUTERS / MARCO BELLO
Publicado: viernes, 22 noviembre 2019 2:19

LA PAZ, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

Miles de seguidores del exmandatario Evo Morales se han manifestado este jueves en La Paz para condenar la muerte de cerca de una decena de personas en el operativo policial y militar que desbloqueó el martes la planta de hidrocarburos de Senkata.

"Yo no soy de ningún partido. He venido como madre, por el dolor de las madres que han perdido a sus hijos", ha señalado Roberta Cruz, una vecina de la ciudad de El Alto, cercana a la capital y a la zona donde se encuentra la planta.

Los manifestantes han recorrido a pie los alrededor de 20 kilómetros que separan la planta de hidrocarburos del centro de La Paz y han llevado con ellos algunos de los ataúdes con los cuerpos de los fallecidos.

Uno de los féretros iba cubierto con la bandera boliviana y otro con la wiphala, la bandera multicolor que representa a todos los pueblos indígenas de Bolivia. "Asesinos", han gritado, mientras entraban en la capital.

Una vez en La Paz han intentado entrar con al menos tres de los féretros en la Plaza Murillo, donde se encuentra el Palacio Quemado, sede del Gobierno boliviano, desde donde opera el Ejecutivo de la autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez.

Allí les ha esperado un fuerte contingente policial y militar. Los manifestantes han colocado uno de los ataúdes sobre una tanqueta del Ejército y han intentado avanzar hacia la plaza poco antes de que los antidisturbios comenzaran a lanzar gases lacrimógenos.

Dos de los féretros han quedado momentáneamente en el suelo después de que los presentes comenzaran a correr. Después, los familiares de las víctimas los han llevado a la cercana Plaza San Francisco, desde donde han vuelto a ser trasladados a El Alto.

"Queremos justicia. Ni siquiera han respetado a nuestros muertos. Al piso los han botado", ha lamentado Irma Mamani, una campesina aimara presente en la manifestación. Los seguidores de Morales han intentado seguir con las protestas en la Plaza San Francisco, pero los gases lacrimógenos lanzados por las autoridades lo han impedido.

"¿Por qué da Áñez orden de que nos maten? Ahora nos han matado en Senkata, y nos quieren matar aquí en La Paz", ha aseverado Karina Choque, una ciudadana de El Alto. "Queremos justicia. Queremos que Áñez se vaya. ¿Dónde están los derechos humanos para nosotros? Ahora ni a los muertos respetan", ha añadido Choque mientras los seguidores de Morales gritaban "Áñez se va, la paz volverá".

El exdirigente, por su parte, ha acusado al "gobierno de facto de Añez" de no respetar "a los muertos en sus ataúdes, ni perdonar a sus familiares, mujeres y niños que marchaban pacíficamente por el respeto a la vida y a la democracia". "Condenamos la violencia que se ejerce contra nuestros hermanos y hermanas.", ha destacado en su cuenta de Twitter.

EL BLOQUEO DE SENKATA

El bloqueo de Senkata, que comenzó la semana pasada, provocó un fuerte desabastecimiento de combustible en La Paz. Los manifestantes, en sus inmediaciones, pedían la renuncia de Áñez cuando cientos de defectivos de la Policía y el Ejército acudieron a la zona en el marco de un operativo para despejar la planta.

Así, las fuerzas consiguieron sacar un convoy de unos 40 camiones cisterna de la planta. Después de que los vehículos abandonasen el lugar, se produjeron fuertes choques con los manifestantes, lo que dejó cerca de una decena de muertos, todos ellos por heridas de bala, según el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF).

"Con los muertos no hay negocio. Áñez y sus compañeros deben hacerse a un lado. Que no nos haga enojar a toda Bolivia", ha reclamado el operario Óscar Díaz, que ha sostenido que "el soldado boliviano debe darse la vuelta y pelear junto a con su papá y sus hermanos".

Tras la marcha del grueso de fuerzas del orden de Senkata el pasado martes los afines a Morales han vuelto a bloquear la planta de hidrocarburos. Un contingente de militares se mantiene dentro de Senkata, donde parte de sus muros han sido derribados por los manifestantes, que han hecho uso de explosivos.

"Aquí ya no hay una lucha de ricos y pobres, sino una lucha de raza, porque ellos siempre, históricamente, han manejado a nuestro país", ha expuesto el estudiante Ernesto Challco, de etnia aimara.

"Son una minoría. Cuando nosotros queremos manejar el país, ellos se sienten como si fueran expulsados, o excluidos, pero en realidad no es así", ha añadido, pidiendo un juicio de responsabilidades contra Áñez.

Tanto Senkata como la ciudad de El Alto ya fueron un fuerte foco de conflicto durante la guerra del gas en 2003, que dejó al menos 60 muertos y acabó con la dimisión del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

Morales se ha referido a las protestas desde su exilio en México, donde viajó el pasado 11 de noviembre tras haber renunciado como presidente el día anterior.

"La rotunda demanda de la gente movilizada es que la dictadura debería renunciar", ha señalado en una entrevista con el diario estadounidense 'The Wall Street Journal'. Morales ha ofrecido volver a Bolivia y terminar su mandato, que habría expirado en enero, a cambio de renunciar a su candidatura.

"Terminamos nuestro mandato y, a cambio, no seremos candidatos. Si se trata de paz, entonces no se pierden más vidas, no hay problema, renuncio", ha afirmado Morales.

El Gobierno interino de Áñez cree que el líder indígena está espoleando la violencia desde México. Arturo Murillo, ministro de Gobierno de Áñez, ha adelantado que planteará en los próximos días una denuncia contra Morales en la Corte Penal Internacional de La Haya por delitos de lesa humanidad.

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