ARGELIA, 17 Sep. (Reuters/EP) -
Cientos de ciudadanos argelinos se han manifestado este martes en las calles de Argel para rechazar la convocatoria de elecciones presidenciales en diciembre y para dejar claro que no acudirán a las urnas hasta que hayan conseguido la caída del régimen.
La convocatoria de elecciones ha puesto de manifiesto un nuevo desencuentro entre los manifestantes y el Gobierno. Las protestas masivas contra el régimen comenzaron en febrero y consiguieron provocar la renuncia en abril del hasta entonces presidente del país, Abdelaziz Buteflika.
Desde la dimisión del mandatario, las protestas han continuado para exigir una depuración de los miembros del régimen de Buteflika y una transición a la democracia. En primavera y en verano, el Gobierno ha detenido a altos cargos gubernamentales por cargos de corrupción y ha empezado a aumentar la presión contra los manifestantes, con arrestos de varios de sus líderes y un mayor despliegue policial en las movilizaciones.
El poderoso jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, el teniente general Ahmed Gaed Salá, ha estado presionando desde hace meses para la convocatoria de unas elecciones, con el argumento de que es la única forma de hacer avanzar al país, y el domingo el presidente interino argelino, Abdelkader Ben Salá, dijo que la cita con las urnas tendrá lugar en diciembre.
Desde la renuncia de Buteflika, las manifestaciones que se celebran cada semana los martes y los viernes han tenido una menor participación pero los manifestantes que siguen movilizándose han denunciado que los comicios no serán justos si no se depura el régimen.
Los manifestantes han tomado las calles este martes al grito de "No detendremos nuestras protestas" y "Estado civil, no al Estado militar", al tiempo que han exigido la dimisión del general Ben Salá y del primer ministro argelino, Nuredine Bedui.
