ORLANDO (EEUU), 12 Jun. (Reuters/EP) -
Más de un centenar de personas han salido a la calle este lunes en la localidad de Orlando, en el estado de Florida, para exigir un aumento de las restricciones a la compra de armas en Estados Unidos y evitar así que se repitan masacres como la que tuvo lugar en 2016 en la discoteca gay Pulse, donde murieron 49 personas.
Las protestas, que han tenido lugar en el aniversario del tiroteo, se han registrado poco antes del inicio de los eventos de conmemoración de la tragedia. El autor de la masacre, Omar Mateen, de 29 años, abrió fuego contra la multitud con un fusil de asalto AR-15 y una pistola.
Mateen se habría radicalizado por el contacto con islamistas en Internet pero también había expresado su apoyo a grupos radicales que se oponían entre sí de forma violenta, según fuentes de la Policía Federal (FBI).
Se trata de uno de los tiroteos más mortíferos registrados en el país junto con la masacre de octubre de 2017, cuando un hombre armado acabó con la vida de 59 personas que habían asistido a un concierto de country en la ciudad de Las Vegas tras realizar numerosos disparos desde la ventana de un hotel.
Aunque las autoridades han vinculado el caso del Pulse con el extremismo islámico, grupos de defensa de los Derechos Humanos han asegurado que la masacre también constituye un crimen de odio dado que ésta tuvo lugar en un club gay.
En este sentido, han acusado al gobernador de Florida, Rick Scott, de contribuir a la hostilidad hacia la comunidad LGBT al negarse a respaldar medidas que prohíben la discriminación por motivos relacionados con la orientación sexual o la identidad de género.
"Le hemos pedido al gobernador que nos proteja y firme una orden ejecutiva para que no seamos discriminados en nuestros lugares de trabajo, pero se ha dirigido a nosotros con excusas", ha aseverado el superviviente del tiroteo Brandon Wolf, que ha asistido a la manifestación.
