Clubes de chicas para hacer frente a los tabúes en Bangladesh

Club de chicas en Bangladesh
GIRLS NOT BRIDES / GRAHAM CROUCH
 Girls not brides 
Actualizado: lunes, 21 mayo 2018 13:17

DACCA, 20 May. (Por Charlotte Rose, Girls Not Brides) -

Hace dos años, cuando solo tenía 17 años, los padres de Farzana arreglaron para ella un matrimonio con un hombre al que nunca había visto. Todavía en la escuela, y con la esperanza de convertirse en banquera, Farzana rogó a sus padres que no la casaran, pero no la escucharon.

"Me sentía indefensa. Temía que no tendría ningún futuro después del matrimonio", cuenta Farzana. Pero la joven no iba a ceder. Había estado aprendiendo sobre el impacto del matrimonio infantil en el club de chicas al que asiste después de clase, y estaba decidida a no convertirse ella misma en novia de uno de estos enlaces.

"En nuestro club de chicas aprendimos sobre el matrimonio infantil y por qué es malo para nosotras. Sabía que si me casaba tendría que dejar mi educación y no podría forjarme un futuro mejor para mí", explica.

PRIMERA REGLA: ROMPER TABÚES

BRAC, una organización miembro de la alianza Girls Not Brides, gestiona más de 9.000 clubes de chicas adolescentes como el de Farzana en todo Bangladesh. Liderado por adolescentes, para adolescentes, los clubes son centros seguros en los que las chicas pueden leer, socializar, jugar y tener una discusión abierta sobre cuestiones personales y sociales con sus iguales.

Los clubes también buscan aumentar la concienciación sobre cuestiones importantes pero tabú que afectan a las vidas de las chicas. Estas aprenden sobre asuntos relacionados con cuestiones sociales y de salud como el matrimonio infantil, la dote, la salud y los derechos reproductivos, el género, el acoso sexual y la planificación familiar.

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Tanjila, de 16 años, acude el club local de chicas dos veces por semana después de clase. "Cuando vengo aquí puedo aprender sobre cosas de las que no aprendo en casa, como matrimonio infantil y acoso sexual y lo que podemos hacer para evitarlo. Aprendemos que las chicas tienen los mismos derechos que los chicos y deberíamos ser capaces de hacer las mismas cosas", subraya.

SEGUNDA REGLA: EMPODERAR

Muchas chicas de los clubes de BRAC sostienen que la desigualdad de género es un factor clave que las contiene. "En nuestra localidad los chicos y las chicas no son iguales", afirma Sumi, de 15 años, que asiste al club de chicas con Farzana.

"A los chicos se les permite recibir una educación, pero a las chicas se las enseña a centrarse en las tareas del hogar y aprender a cocinar, limpiar y hacer la colada. Los padres creen que invertir en la educación de las niñas es un derroche de dinero... Eso no es cierto, las niñas deberían tener los mismos derechos que los niños", defiende.

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Los clubes de chicas desempeñan un importante papel en enseñar a las niñas sus derechos para que puedan protegerse contra prácticas perjudiciales como el matrimonio infantil.

"Tenemos que mostrar a los padres lo que las chicas pueden hacer", afirma Sumi. "Las chicas pueden hacer las mismas cosas que los chicos. Bangladesh estaría más desarrollado si las chicas pueden contribuir. Solo necesitamos darles una oportunidad", defiende.

UN FUTURO MÁS BRILLANTE PARA LAS CHICAS

Cuando Farzana contó a sus amigas en el club de chicas su matrimonio pactado, estas acudieron a hablar ellas mismas con sus padres. Al final, sus padres accedieron a parar la boda, pero dejaron claro que, a partir de ahora, Farzana tendría que apañárselas.

"Dejaron de pagar mi educación, así que tuve que empezar a dar clases a estudiantes más pequeños para cubrir el coste de mis estudios. Pero estoy tan feliz de haber sido capaz de haber parado mi matrimonio", asegura Farzana, que pronto completará duodécimo grado. "Ojalá todas las chicas pudieran parar sus matrimonios como yo hice, para que puedan recibir una educación y tener un mejor futuro", desea.

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