BOGOTÁ, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
En Colombia hay catorce volcanes activos, de los cuales, cinco registran altos niveles de actividad sísmica, de flujo de lava y de emisión de cenizas con alto riesgo, por lo "son objeto de mayor vigilancia, estudio y control", según informaron los expertos del Observatorio Vulcanologico de Manizales.
El director del Observatorio, Ricardo Méndez Fayuri, explicó que debido a la erupción del volcán Arenas hace veintidós años, Colombia ha logrado avanzar en el análisis de estos fenómenos, para lo cual se implementó una moderna red que cuenta con el apoyo de recursos de varios países, en especial Japón, líder en estos estudios.
Según Méndez Fayuri, los expertos están en capacidad de dar la alerta sobre el incremento de la actividad, pero "es imposible determinar cuando terminará, ya que hay aparatos volcánicos como el volcán Arenas, que tras su erupción en 1985, mantiene los movimientos internos, su capa de nieve que es densa lo que en caso de una erupción tiene un mayor efecto", según informó 'Radio Caracol'.
El director del Observatorio expresó que el hecho de que el volcán Galeras carezca de glaciar no implica que el riesgo sea menor debido a la expulsión de lava y piroclásticos que pueden afectar a la población cercana, "por lo que se deben acatar las recomendaciones de los expertos y evitar chismes, rumores y predicciones de hechiceros y extremistas religiosos".
El experto reiteró que después de la erupción del volcán nevado del Ruiz, el país es uno de los más avanzados en el control de "emergencias vulcanológicas", por lo que destacó el apoyo de científicos de varias naciones.
Por su parte, Gonzalo Duque, geofísico de la Universidad Nacional, sede Manizales, precisó que lo más importante es "lograr el desalojo de las zonas de influencia de los volcanes que tienen una amplia población en riesgo, para lo cual se deben incluir en los Planes de Desarrollo departamental y nacional".
Duque aseguró que ese tema no se ha legislado y es muy difícil aplicar controles cuando se desconoce una realidad como la de la ocupación de territorios muy cercanos a estos volcanes por campesinos y agricultores o humildes familias que no aceptan el problema y desconocen el riesgo.
