SILIVRI (TURQUÍA), 24 Jun. (Reuters/EP) -
Dieciséis personas, entre ellas el destacado empresario Osman Kavala, se sientan desde este lunes ante un tribunal por su papel en las protestas que estallaron en 2013 en torno al parque Gezi de Estambul, acusados de intentar derrocar al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, entonces primer ministro de Turquía.
Las manifestaciones comenzaron en un principio para protestar por el nuevo diseño planteado para el parque, pero se extendieron rápidamente por todo el país. Supusieron un desafío sin precedentes para Erdogan, que denunció un trasfondo político en esta movilización.
Kavala, que permanece recluido desde 2017 en la cárcel de Silivri --situada al oeste de Estambul y considerada la mayor de todo el país--, ha denunciado en su primer alegato ser víctima de una persecución. "La acusación por la que llevo preso 20 meses se basa en una serie de denuncias que no se sostienen y desafían a la lógica", ha esgrimido.
Junto al tribunal, y ante la mirada de las fuerzas antidisturbios, varios cientos de personas se han concentrado en apoyo a los acusados. La Fiscalía solicita para ellos cadena perpetua, por considerarlos responsables de intentar derrocar al Gobierno y de financiar las manifestaciones, entre otros cargos.
En el caso de Kavala, es sospechoso de promover las manifestaciones a través de su organización, Anadolu Kultur, centrada en cuestiones de cultura y Derechos Humanos.
Erdogan y quienes formaban en 2013 parte de su Gobierno figuran como denunciantes en este caso, en el que se pretende responsabilizar a los acusados de los daños materiales y personales --hubo 746 heridos-- derivados de las protestas.
